En nuestros días
llenos de prisa, no importan las horas y minutos, pues parece que el tiempo es
un concepto obsoleto. El día no alcanza con sus 24 horas. En la desesperación
se desea agregarle más horas o poseer el poder de detener el tiempo, siendo un
escapista que aprecia cómo el mundo se detiene mientras el poderoso realiza sus
actividades con holgura. Vaya ironía, el tiempo se inventó para ordenar la vida
y ahora, se encuentra esclava del tiempo.
Hipatia Teon
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