“POR MI RAZA HABLARÁ EL
ESPÍRITU”:
JASÉ VASCONCELOS.
POR CULTURA COLECTIVA JUNIO
30, 2014
Un pueblo que pierde la fuerza necesaria
para sacudirse el yugo, acaba por venerarlo.
José Vasconcelos fue un político,
pensador y escritor mexicano, fundador del Ministerio de Educación en México
desde el cual desarrolló una fecunda y extraordinaria labor, lo que le mereció
el nombre de “El maestro de la juventud de América”.
Vasconcelos presidió El Ateneo de la
Juventud mexicana: una asociación civil que tenía como propósito erradicar la
vieja forma de ver y pensar la cultura para tomarla como esencia de la
educación y el desarrollo del país, tomando como semillas de cambio a
personajes tales como Antonio Caso, Alfonso Reyes y Diego Rivera, por mencionar
algunos.
En 1914, fue nombrado director de la
Escuela Nacional Preparatoria. Huyó luego a Estados Unidos, ya que Venustiano
Carranza pretendió arrestarlo por “pecar de crítico”. A su regreso asistió a la
Convención de Aguascalientes y desempeñó el cargo de Secretario de Instrucción
Pública durante dos meses en el gabinete de Eulalio Guzmán.
En 1920 se entrevistó con Álvaro Obregón
y ofreció su apoyo al Plan de Agua Prieta, que pretendía destituir de la
presidencia a Venustiano Carranza, y así consolidar la candidatura presidencial
del general Álvaro Obregón. Adolfo de la Huerta lo designó jefe del
Departamento Universitario y de Bellas Artes. En este cargo impuso a la
Universidad Nacional el actual escudo y el lema: “Por mi raza hablará el
espíritu”.
Álvaro Obregón lo nombró titular de la
Secretaría de Educación Pública y, desde ese puesto, impuso la educación
popular; trajo a México educadores y artistas destacados, creó numerosas
bibliotecas populares y los departamentos de Bellas Artes, Escolar y de
Bibliotecas y Archivos; reorganizó la Biblioteca Nacional, dirigió un programa
de publicación masiva de autores clásicos, fundó la revista El Maestro,
promovió la escuela y las misiones rurales y propició la celebración de la
primera Exposición del Libro. Durante su gestión se encargaron murales para
decorar distintos edificios públicos a los pintores José Clemente Orozco y
Diego Rivera, aunque algunos han afirmado que dichos murales tuvieron que
vencer la tenaz resistencia del ministro Vasconcelos, pues pensaba que Orozco
hacía “horribles caricaturas”.
Su obra literaria ha sido clasificada en
cinco apartados fundamentales. En filosofía, fue influido por los escritos de
Schopenhauer, por quien sentía gran estima. Su obra se convirtió en el adalid
de la lucha contra el positivismo y el utilitarismo, que tan gran predicamento
habían alcanzado en América durante esos años.
En el ámbito filosófico, pueden
mencionarse libros como Pitágoras, una teoría del ritmo (1916), El monismo
estético (1918) o Lógica Orgánica (1945), que organizan un sistema fundamentado
en el juicio estético, en el que la belleza se convierte en una forma superior
de la realidad y el método sintético de la música pone en relieve lo universal
concreto; Vasconcelos afirmó que su doctrina filosófica era “un monismo basado
en la estética”.
VASCONCELOS.
El pensador mexicano, nacido en Oaxaca un
27 de febrero de 1882, tenía claro que no sabe el que grita, sino el que
reflexiona y comparte. Para él, algunas de las mejores reflexiones podrían
parecer pobres, aún sin serlo, pero tal juicio no alivia la carga del esfuerzo
que cuesta alcanzarlas.
Rector de la UNAM entre 1920 y 1921,
Vasconcelos propuso las características del escudo y el lema de la Universidad,
hechos que lo convierten en uno de los 100 personajes destacados del Centenario Para los universitarios el nombre de José
Vasconcelos está asociado a su fugaz paso por el rectorado, de 09 de junio de
1920 a octubre de 1921, tiempo que fue suficiente para que el educador mexicano
dejara una huella significativa en la historia de la UNAM. El lema, Por Mi Raza Hablará el Espíritu y el
escudo de la universidad, fueron propuestas suyas que permanecerán de manera
indefinida como elementos esenciales de la imagen institucional.
Fue en abril de 1921 cuando presentó ante
el Consejo Universitario su propuesta de lema y escudo. Según lo explicaría más
tarde, el lema “significa la convicción de que la raza nuestra elaborará una
cultura de tendencias nuevas, de esencia espiritual y libérrima”, mientras que
el escudo representa a “Nuestro continente nuevo y antiguo, predestinado a
contener una raza quinta, la raza cósmica, en la cual se fundirán las dispersas
y se consumará la unidad”. Imaginé así el escudo universitario que presenté al
Consejo, toscamente y con una leyenda: Por mi raza hablará el espíritu,
pretendiendo significar que despertábamos de una larga noche de opresión, dijo
entonces.
El escudo se conforma de los siguientes
elementos: una penca de nopales y la silueta de los volcanes que circundan el
valle de México, en la parte baja, que remiten al mito fundacional de México
Tenochtitlán; un ave bicéfala en la parte central, formada a su vez de la unión
de un águila mexicana y de un cóndor de la región de los andes, que simboliza
la unión de las naciones iberoamericanas; la emblemática frase: “Por mi raza
hablará el espíritu” que rodea el mapa de Iberoamérica; y por último, el nombre
“Universidad Nacional de México” que corona el escudo en la parte superior.
La trayectoria y obra de Vasconcelos
abarca ámbitos y preocupaciones diversas. La filosofía, la literatura, la
política y el servicio público, fueron algunas de las principales actividades
de un personaje que fue activo protagonista de la primera mitad del siglo XX en
México.
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