La habilidad de estar consciente y de controlar sus propias emociones y a la vez de tener empatía con las emociones de los demás. Es la capacidad de motivarse uno mismo y de ser efectivo en las relaciones interpersonales.
Existen muchos test en línea sobre la inteligencia emocional. ¿Por qué hacer un test? Bueno, además de ser divertido, nos puede dar una idea de nuestras habilidades sociales (empatía, influencia, comunicación, liderazgo, manejo de conflictos, colaboración y cooperación) y personales (auto-estima, auto-control y auto-motivación).
¿CÓMO AFECTAN LAS EMOCIONES NUESTRO APRENDIZAJE?
Si nos dedicamos a un tema con pasión, porque lo disfrutamos, tendremos más posibilidad de aprenderlo aunque el ambiente de aprendizaje sea difícil o el profesor no sea efectivo. Los adultos tendemos a buscar temas que son de nuestro mayor interés y que tienen un gran significado o importancia en nuestras vidas.
Entonces, entre más nos gusta el tema, más aprendemos y entre más aprendemos, más disfrutamos del aprendizaje.
El uso de un computador y de una conexión a Internet para aprender no cambia esta realidad y muchas veces la engrandece. Pero los estudios realizados no encuentran gran diferencia entre un curso tradicional y un curso virtual si el estudiante no está interesado en el tema. La conclusión es la misma: el aprender es un proceso personal. Si el estudiante quiere aprender algo, lo aprende.
Por eso los cursos virtuales deben ser diseñados para aumentar el gusto que el estudiante pueda tener sobre un tema y el deseo de aprenderlo.
Parte de la respuesta está en apuntarle a las emociones. A las emociones positivas.
Si un curso no logra encender nuestras emociones, lo más probable es que lo dejemos. Por eso buscamos cursos que sean atractivos, retadores y (¿por qué no?) divertidos. La receta para la creación de cursos pide usar color, animación, retroalimentación positiva y otros ingredientes y no sólo es importante saber "qué" se va a incluir en un curso sino también "cómo" se va a hacer.
Pero, como estudiantes, no podemos quedarnos esperando que todos los materiales estén "fantásticamente" diseñados y tendremos que estar listos a aceptar cursos que no sean tan "emocionantes".
En el ambiente virtual existen ventajas significativas de comunicación entre los participantes. Las herramientas existentes permiten comunicaciones sincrónicas (al mismo tiempo, como en un chat) o asincrónicas (diferidas, como en los foros de discusión) que, al igual que en toda comunicación humana, permiten el intercambio de emociones.
En todas las interacciones estarán presentes las emociones de los participantes así que es fundamental participar en ellas y así como el profesor puede crear muchas oportunidades de interacción, también es responsabilidad de los estudiantes enriquecer el curso con interacciones originadas por ellos.
Las sesiones de chat proporcionan espacios informales y "efímeros" pero muy valiosos para crear vínculos. Los foros de discusión son más formales y permanentes, pero esto no impide que se creen oportunidades de interacción "ligera" y entretenida.
Como en todo grupo humano, el resultado de poner juntas a unas personas (ya sea en un salón de clase o en un aula virtual) es impredecible.
Las nuevas generaciones han encontrado en la mensajería instantánea y el correo electrónico, miles de formas de transmitir emociones.
Puede que los cursos hayan sido diseñados por alguien con poca inteligencia emocional y resulten materiales densos y difíciles. Puede que el curso sea diseñado por alguien muy "entretenido" y ansioso por comunicarse con los estudiantes.
En ambos casos, como en la vida real, el éxito dependerá del entusiasmo interno de cada uno de los participantes.
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