martes, 26 de enero de 2016

La semiótica de la cultura y el concepto de texto


La metasemiotica surge a través del tiempo para dar a conocer los metalenguajes que se encuentran inmersos en los textos dando paso a un sinfín de interpretaciones diferentes.

La semiótica de la cultura es la disciplina que examina los sistemas de signos en los textos que dan un cierto sentido a éste, según una necesidad especificada, en un espacio y en una cultura. Todo el concepto de texto se ha venido modificando y reestructurando a lo largo del tiempo, ya que en un principio el teto era una simple frase que daba a entender algo específico a sus lectores, y era tratada solo como una forma incompleta o incorrecta de la lengua escrita. Ahora bien con la semiótica cultural se descubrió que para que un mensaje dado pueda ser definido como texto debe estar codificado, como mínimo dos veces.



El texto cobre diferentes significaciones y metalenguajes, ya que en un original el texto podría haber sido escrito en otra época donde la epistémia era diferente y con base a la hermenéutica se descifra en una época más actual y pues tendríamos que basarnos a un contexto en el cual el texto se haya escrito para tratar de darle la misma interpretación que el autor quiso impregnar en él, pero en cambio si no nos situamos en ese contexto le podemos dar muchas interpretaciones muy diferentes de acuerdo a una época más actual llegando a percibir un mensaje diferente al mensaje principal del autor.

El texto propiedades de un dispositivo intelectual, ya que muestra mensajes y genera nuevos mensajes. La función socio-comunicativa se puede reducir a pasos:

1-El trato entre el remitente y el destinatario. Cumple la función del mensaje dirigido.
2-El trato entre el auditorio y la traición cultural. Cumple la función de memoria cultural colectiva.
3-El trato del lector consigo mismo. Actualiza determinados aspectos de de la personalidad del propio destinatario.
4-El  trato entre el texto y el texto cultural. El texto no interviene como un agente de acto comunicativo, si no en calidad de un participante en éste con plenos derechos, como una fuente o un receptor de información.


El texto se presenta ante nosotros no como la realización de un mensaje en un solo lenguaje, si no como un complejo dispositivo que guarda varios códigos, capaz de transformar mensajes recibidos y de generar nuevos mensajes, un generador informacional que posee rasgos de una persona no un intelecto altamente desarrollado.


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