lunes, 11 de enero de 2016

Si la ruptura libera de problemas ¿por qué seguimos peleando y lastimando a nuestros hijos?




Sabemos que en todas las familias hay conflictos, pero en la actualidad las parejas llevan los problemas a extremos cuyo resultado es la ruptura de la relación.

El sufrimiento que atraviesan los niños y adolescentes cuyos padres se divorcian puede ser muy grande.

Por si fuera poco, la mayoría de los padres manipulan a los hijos para vengarse y descargar el resentimiento  que produce la decepción de las expectativas rotas.

Las constantes pelas entre el padre y la madre aun estando divorciados es una amenaza contra la estabilidad emocional de los hijos. Mientras los sentimientos provocados por la separación o el divorcio (la culpa, coraje, tristeza, etc.,) sigan presentes en sus vidas seguirán enganchados a su expareja.

Sería ideal que los padres mantuvieran buenas relaciones con responsabilidad y el compromiso adquirido con los hijos hasta que se tenga la edad para comprender el problema e independizarse.

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