En todo acto de comunicación intervienen seis elementos pero según cuál sea la intención del emisor, éste destaca uno de los elementos sobre los demás, de manera que su función resulta predominante en el mensaje. Los rasgos específicos del lenguaje verbal que los distinguen de otros lenguajes so:
Arbitrariedad: Decimos que el lenguaje verbal es arbitrario porque los signos que lo forman son casi en su totalidad símbolos, es decir, la relación que une al significante con el significado se establece de una forma convencional por un acuerdo tácito en el momento de su creación, una vez creado el signo, todos los hablantes aprendemos la misma palabra, así, el significante silla, que podía haberse nombrado de otra forma, todos asociamos el significado de objeto que sirve para sentarse una persona, generalmente con cuatro patas y con respaldo. El hecho que este mismo objeto se llame en francés chaise y en ingles chair es una prueba evidente de la arbitrariedad del signo.
Linealidad: Los elementos de que se constituye el lenguaje verbal ( fonemas, palabras y oraciones) se pronuncian, se oyen o se escriben de forma sucesiva. unos detrás de otros, formando una secuencia, en cambio, otros signos se interpretan de forma simultánea, como sucede con un mapa o una señal de tráfico, cuando una persona nos habla hemos de esperar unos segundos a que termine para entender lo que nos dice y cuando leemos un escrito, las palabras se suceden en el espacio unas detrás de otras.
Mutabilidad e inmutabilidad: Los signos cambian a través del tiempo porque las palabras evolucionan tanto en su significante como en su significado a los largo de su historia, así, hubo un tiempo en que el verbo hacer se escribía y se decía facer, y la palabra suceso solo significaba "algo que había ocurrido, generalmente negativo" mientras que en la actualidad, por influencias del francés e inglés, se usa también con el sentido de éxito.
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