Para
transformar la enseñanza de la lectura y la escritura.
¿Cuál es el
desafío?
El
desafió es formar practicantes de la lectura y la escritura y ya no sólo sujetos que puedan “descifrar” el
sistema de escritura. Es –ya lo he dicho- formar lectores que sabrán elegir el
material escrito adecuado para buscar la solución de problemas que deben
enfrentar y no sólo alumnos capaces de oralizar un texto seleccionado por otro.
Es formar seres humanos críticos, capaces de leer entre líneas y de asumir una
propia, frente a la sostenida explícita o implícitamente por los autores de los
textos con los que interactúa en lugar de persistir en formar individuos
dependientes de la letra del texto y de la autoridad de otros.
El
desafío es formar personas deseosas de adentrarse en otros mundos posibles que
la literatura nos ofrece, dispuestas a identificarse con lo parecido s
solidarizarse con lo diferente y capaces de apreciar la calidad literaria.
Asumir este desafío significa abandonar las actividades mecánicas y
desprovistas de sentido que llevan a los niños a alejarse de la lectura por
considerarla una mera obligación escolar, significa también incorporar
situaciones donde leer determinados materiales resulten imprescindibles para el
desarrollo de los proyectos que se estén llevando a cabo o bien –y esto es
igualmente importante- produzca el placer que es inherente al contacto con
textos verdaderos y valiosos.
El
desafío es hacer posible que todos los alumnos se apropien de la escritura y la
pongan en práctica sabiendo –por experiencia, no por transmisión verbal- que es
un largo y complejo proceso constituido por operaciones recursivas de
planificación, textualización y revisión.
LERNER,
Delia. “Leer y escribir en la escuela. Lo real, lo posible y lo necesario”.
Fondo de Cultura económica. Segunda reimpresión. México, D.F. 2004. Pp. 25-41 y
107-108.
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