jueves, 21 de enero de 2016

       
            Para transformar la enseñanza de la lectura y la escritura.
¿Cuál es el desafío?


El desafió es formar practicantes de la lectura y la escritura y ya  no sólo sujetos que puedan “descifrar” el sistema de escritura. Es –ya lo he dicho- formar lectores que sabrán elegir el material escrito adecuado para buscar la solución de problemas que deben enfrentar y no sólo alumnos capaces de oralizar un texto seleccionado por otro. Es formar seres humanos críticos, capaces de leer entre líneas y de asumir una propia, frente a la sostenida explícita o implícitamente por los autores de los textos con los que interactúa en lugar de persistir en formar individuos dependientes de la letra del texto y de la autoridad de otros.



El desafío es formar personas deseosas de adentrarse en otros mundos posibles que la literatura nos ofrece, dispuestas a identificarse con lo parecido s solidarizarse con lo diferente y capaces de apreciar la calidad literaria. Asumir este desafío significa abandonar las actividades mecánicas y desprovistas de sentido que llevan a los niños a alejarse de la lectura por considerarla una mera obligación escolar, significa también incorporar situaciones donde leer determinados materiales resulten imprescindibles para el desarrollo de los proyectos que se estén llevando a cabo o bien –y esto es igualmente importante- produzca el placer que es inherente al contacto con textos verdaderos y valiosos.


El desafío es hacer posible que todos los alumnos se apropien de la escritura y la pongan en práctica sabiendo –por experiencia, no por transmisión verbal- que es un largo y complejo proceso constituido por operaciones recursivas de planificación, textualización y revisión.


LERNER, Delia. “Leer y escribir en la escuela. Lo real, lo posible y lo necesario”. Fondo de Cultura económica. Segunda reimpresión. México, D.F. 2004. Pp. 25-41 y 107-108.

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