Los Médici eran los banqueros de los papas y con el poder en la familia, extendieron sus territorios financieros por toda Europa. Florencia son los Médici, con sus construcciones y en su arte, que utilizó esa dinastía como lo que hoy se conoce como poder suave, que combino con, fuerza militar. Juan di Bicci, el primer mecenas de todos, ordenó la reconstrucción de la Basílica de San Lorenzo, que sirvió para para todas sus bodas, bautizos y funerales dinásticos, cuya fachada quedó incompleta por que el proyecto arquitectónico de Miguel Ángel nunca se concretó, pero que tiene la última obra maestra de Donatello, el segundo escultor más importante en la historia de Italia, que son dos púlpitos de madera tallados como cortadores de diamantes, "La Resurrección" y "La Pasión".
Junto se encuentra la Capilla de Los Príncipes, un mausoleo de 28 metros de diámetro de mármol oscuro y piedras semipreciosas, madre perla, lapislázuli y coral, con seis monumentales sarcófagos, que sólo es comparable en poderío dinástico a la iglesia de los Santos Pedro y Pablo en San Petesburgo, donde se encuentran todos sepulcros de los Romanov, a la Cripta de los Capuchinos en Viena, donde está el mausoleo de los Hasburgo, o El Escorial, en las afueras de Madrid, donde descansan los restos de los reyes de España.
La Capilla de Los Príncipes es una de las maravillas de Florencia que más atrapa, como también el domo en la Catedral de Santa María de las Flores, con su majestuosa cúpula montada en un andamiaje volado que aún intriga a los arquitectos del mundo por cómo puede mantenerse erguida aún, y fue pedida por Cosme de Médici, Cosme "El Grande", a Brunelleschi, quien recurrió a Da Vinci para que diseñara una grúa -más sorprendente en diseño que la propia cúpula-, que sirviera para levantar los materiales de la construcción. Esta catedral se encuentra en el corazón político del centro histórico, que en sí mismo es una ciudad, la del resplandor y poderío de los Médici, que también fue testigo en 1478 de un intento de golpe de estado contra Lorenzo "El Magnífico", la llamada Conspiración Pazzi, durante una misa en donde el duque quedó herido pero sobrevivió, a diferencia de su hermano Giuliano, quien falleció bajo el domo con 19 puñaladas en el cuerpo. Durante seis meses los Médici cazaron a los complotistas y terminaron ejecutando a 80, sin compasión. Juicios sumarios y castigo ejemplar. Sus 300 años de poder están salpicados por historias de intriga y asesinatos de todos aquellos que se les obstruía el paso.
Los Médici construyeron con su dinero a papas y reyes y fueron banqueros, precursores de los agiotistas del mundo actual. La cercanía y observación que hizo Maquiavelo de algunos miembros de la dinastía fueron parte también de la construcción de El Príncipe, la obra a la que todos los políticos recurren con la convicción de seguir sus consejos. Lo que ven es la suma de las experiencias de familia más famosa en la historia del mundo y de César Borgia, que combinaron la técnica de gobernar, reprimir y suprimir, con el impulso al arte y la cultura. La síntesis que se encuentra precisamente en la Iglesia de la Santa Cruz, donde debería de empezar y terminar una visita a Florencia.
Autor: Raymundo Riva Palacio
Agencia de Información y Análisis Quadratin
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