jueves, 15 de octubre de 2015

EDUCACIÓN SIGLO XXI

El reto de la educación del siglo XXI


La irrupción de las tecnologías de la información y de las comunicaciones (computadoras e internet) provocó cambios drásticos y rápidos, la generación que se educa en este entorno está influida por ellas por lo que es llamada “Generación Net o N”, tómese en cuenta que se define como generación al conjunto de personas con características peculiares y comportamientos similares, y en ésta se aprecian acontecimientos trascendentes de transformación, que dan lugar a una época social. Así, existe  la tendencia de que la revolución digital regule la política, la economía y la sociedad del siglo XXI puesto que la forma de aprender, trabajar, divertirse y en general la forma de vida se alterará por completo, gracias a la tendencia de mundialización continua. Esta nueva tecnología permite condiciones propicias para la comunicación y el intercambio sin fronteras, espacio, ni tiempo.

Las tics, emblemáticas de la generación N implican un reto para el docente, puesto que se convierte en una generación interactiva que participa, juega, se entretiene, busca, hace, resuelve, establece relaciones y lleva a cabo proyectos en conjunto sin que la distancia y el tiempo sean un obstáculo, gracias a las redes propiciadas por las computadoras y el internet.

Los jóvenes sienten una atracción, incluso sin medida, por todo lo relacionado con las tecnologías, a través de ellas satisfacen sus necesidades de entretenimiento, diversión, comunicación, información y formación; las tics son parte de su vida cotidiana y las dominan por completo, incluso para enfrentar problemas y resolverlos mediante la comunicación interactiva a través del lenguaje de signos.

La generación N se caracteriza por un desbordante apetito por lo nuevo, cuestión que puede ser utilizada por el docente de manera benéfica al propiciar que el alumno descubra por sí mismo el conocimiento y lo aplique a su vida cotidiana; porque además ésta generación está abierta al cambio, lo que el profesor puede aprovechar para incitar nuevos comportamientos, relaciones sociales y formas de percibir la vida en base a valores y eliminando prejuicios morales.

La naturaleza integrativa (visual, auditiva y kinestésica) de ésta generación permite la aplicación de actividades interactiva de resultados inmediatos y la facilidad de toma de decisiones, satisfaciendo sus necesidades de aprendizaje y su crecimiento. El maestro debe tomar en cuenta que los jóvenes son poco tolerantes y no soportan un método tradicionalista, sino una participación activa en la construcción de su conocimiento en base a la investigación y procesamiento de la información. Debe además propiciarse el trabajo cooperativo en equipo para el desarrollo de proyectos comunes y que exploten al máximo las herramientas a su alcance y buscar la forma de despertar interés por cuestiones escolares y aprendizajes y el desarrollo de las habilidades sociales que se ven restringidas por el uso de la tecnología, todo esto  a través de actividades didácticas que desenvuelvan también sus habilidades psicomotoras, sociales, actitudes y valores, plantándolos en la realidad, puesto que están apegados a un mundo de fantasía que muchas veces toman como efectivo y de ahí su poca responsabilidad para con las cosas en general.

El profesor debe cuidar que el joven no caiga en los riesgos que presenta su generación como lo es el alcohol, droga, cigarro, pornografía y el abuso desmedido del internet, que mermen sus actividades cotidianas y ponga en peligro se desarrollo normal. Debe enseñarse al joven a discernir entre la información y escoger solo la adecuada y provechosa, mediante juicios de valor; ello reviste importancia por la celeridad en sus procesos de crecimiento y la poca estabilidad y participación familiar.

Debe fortalecerse el apoyo emocional positivo y empático que le permita al joven entablar relaciones sociales sanas y desarrollar el proceso de comunicación, necesitan profesores con expectativas altas que les impliquen un reto y además de mantener el interés en el proceso de aprendizaje que subsane las deficiencias de su cotidianeidad  y lo inmiscuya en actividades físicas y deportivas que le den a su mente espacios despejados de tecnologías y otras tantas que desarrollen su habilidad social interpersonal.

El docente debe tener pleno conocimiento sobre el uso de las tics porque la generación N es inseparable de ellas y su aprendizaje significativo depende de ellas, cuestión que los identifica como tal. Organizar el proceso de aprendizaje a través de éstas implica un desafío y por tanto nuevas posibilidades de organizarlo y llevarlo a cabo, creando nuevos ambientes de instrucción que propicien el desarrollo óptimo del alumno y que sean acordes a los aprendizajes a adquirir. El buen uso de la tecnología percibe un cambio radical en las actividades del maestro, su forma de enseñar, actuar y manejar el proceso educativo. El alumno muestra comportamientos diferentes y nuevas formas de aprender y ser formados; por ello no solo se trata de introducir la tecnología como método de enseñanza, sino de saberla aprovechar de manera benéfica para cumplir los propósitos del proceso de enseñanza-aprendizaje y enriquecer las posibilidades de educación en todos los medios sociales.



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