viernes, 16 de octubre de 2015

FIGURAS DE DICCIÓN O DE PALABRA

FIGURAS DE DICCIÓN O DE PALABRA

Consisten en ciertos giros dados a la estructura de la frase. La figura de palabra se diferencia de la figura de pensamiento en que la primera, si removemos las palabras, se destruye la figura, mientras que en la segunda permanece, aunque se remuevan las palabras. Y se diferencia del tropo en que éste cambia el sentido de una palabra, da un nombre extraño a las cosas a que se refiere, mientras que la figura conserva el nombre adecuado. Las figuras de dicción pueden producirse por adición, por supresión, por repetición y por combinación.

Por adición Conjunción o polisíndeton. Multiplica las conjunciones entre los términos de una cláusula. Y el santo de Israel abrió su mano y los dejó; y cayó en un despeñadero el carro y el caballo y caballero. (F. de Herrera)

Pleonasmo. Insiste en el sentido de un vocablo, sin añadir ningún dato nuevo a su significación. Lo vi con mis propios ojos. Su casa de usted.

Acumulación de sinónimos. Una vez nombrada una cosa, se siguen añadiendo palabras de análoga significación. Después de muchos nombres que formó, borró y quitó, añadió, deshizo y tornó a hacer en la memoria, al final le vino a llamar Rocinante. (Cervantes)

Epíteto. Es un adjetivo que, sin ser necesario para determinar el sentido de un sustantivo, se añade a él a fin de expresar una cualidad relevante del mismo. Es explicativo. Fugitivo sol. Manso viento. Ásperas montañas. Solícita abeja. (Garcilaso)

Por supresión Disyunción o asíndeton. Suprime las conjunciones de la cláusula, para dar más energía y rapidez a la expresión de las ideas. Vivir quiero conmigo, / gozar quiero del bien que debo al cielo, / a solas, sin testigo, / libre de amor, de celo, / de odio, de esperanza, de recelo. (Fray Luis de León)

Adjunción. Una palabra que tiene relación con dos o más miembros del período está patente en uno de ellos y se sobreentiende en los demás. Era un hombre de mucha violencia, expedito en las decisiones, muy aficionado a ser el primero en actuar.

Elipsis. Suprime palabras. Lo bueno, si breve, dos veces bueno.
Por repetición Anáfora. Repite una o varias palabras al principio de frases análogas, o al comienzo de cada verso. Aquí fue Troya, exclamaba (don Quijote); aquí mi desdicha y no mi cobardía se llevó mis alcanzadas glorias; aquí usó la fortuna conmigo de sus vueltas y revueltas; aquí se oscurecieron mis hazañas; aquí cayó mi ventura para jamás levantarse. (Cervantes)

Conversión. Repite una misma palabra la final de varios incisos u oraciones de la cláusula. Parece que los gitanos vinieron al mundo para ladrones; nacieron de padres ladrones; críanse para ladrones; estudian para ladrones; y, finalmente, salen con ser ladrones corrientes y molientes a todo ruedo. (Cervantes)

Complexión. Reuniendo la anáfora y la conversión, repite una misma palabra al principio y otra distinta al final de varios incisos. Si honestidad deseáis, ¿qué cosa más honesta que la virtud, que es la raíz y la fuente de toda honestidad? Si honra, ¿a quién se debe la honra y acatamiento, sino a la virtud? Si hermosura, ¿qué cosa más hermosa que la imagen de la virtud? Si utilidad, ¿qué cosa hay de mayores utilidades que la virtud? (Fray Luis de Granada)

Reduplicación. Repite una palabra consecutivamente en el mismo inciso. ¡Quién sabe! ¡Quién sabe! / Quizás ensueños son, / mentidos delirios, / dorada ilusión. (Espronceda)

Sobrerreduplicación. Repite la misma palabra al principio y al fin de la frase. Mono vestido de seda / nunca deja de ser mono. (Góngora)

Conduplicación. Al principio del inciso se repite una palabra del anterior, generalmente la última. Al rey la hacienda y la vida / se han de dar; / pero el honor / es patrimonio del alma / y el alma sólo es de Dios. (Calderón)

Concatenación. Repite, al principio de varios incisos, una palabra del anterior. Las adargas avisaron / a las mudas atalayas, / las atalayas los fuegos, / los fuegos a las campanas. (Góngora)

Retruécano. Repite dos palabras o una frase, invirtiendo el orden de sus términos. ¿No ha de haber un espíritu valiente? / ¿Siempre se ha de sentir lo que se dice? / ¿Nunca se ha de decir lo que se siente? (Quevedo)

Por combinación Aliteración. Combina repetidamente ciertos sonidos en la frase. Y déjame muriendo / un no sé qué que quedan balbuciendo. (San Juan de la Cruz)
Onomatopeya. Es una aliteración que imita sonidos reales. El ruido con que rueda la ronca tempestad. (Zorrilla)

Asonancia. Emplea palabras que terminan en las mismas vocales a partir del acento tónico. A rey muerto, rey puesto o reino revuelto.

Paronomasia. Reúne en la cláusula palabras que sólo se diferencian por una letra o sílaba. Una pica lleva al hombro / porque su suegra le dijo / que ha de ganar por la pica / lo que perdió por el pico. (Romancero)

Derivación. Utiliza en la cláusula palabras procedentes de una misma raíz. Pues mientras vive el vencido / venciendo está el vencedor.

Polípote. Emplea un mismo nombre o verbo en distintos accidentes gramaticales. Pues muerte aquí te daré, / porque sepas que no sé / que sabes flaquezas mías. (Calderón)

Similicadencia. Al final de varios incisos se colocan diversos nombres en el mismo caso o distintos verbos en iguales tiempo, número y persona. Esto como rey os mando, / esto como padre os pido, / esto como sabio os ruego, / esto como anciano os digo. (Calderón)Tú sólo, tú has suspendido / la pasión a mis enojos, / la suspensión a mis ojos, / la admiración a mi oído. (Calderón)

Sinonimia. Reúne voces sinónimas, sin indicar la diferencia de significación. Pues vil, infame, traidor, / ¿qué tengo más que saber, / después de saber quién soy,  / para mostrar desde hoy / mi soberbia y mi poder? (Calderón)

Paradiástole. Emplea términos sinónimos, indicando sus diferencias. El amor es infinito, / si se funda en ser honesto; / y aquél que se acaba presto, / no es amor sino apetito. (Cervantes)
Otras figuras de dicción Hipérbaton.  Altera el orden de normal de los elementos de la frase. Estos, Fabio, ¡ay dolor!, que ves ahora / campos de soledad, mustio collado, / fueron un tiempo Itálica famosa. (R. Caro)

Equívoco. Usa palabras homónimas o vocablos que pueden entenderse en varios sentidos. Aunque pobre, y en pelota, / mal de rico me importuna, / porque al mar de mi fortuna / no le faltase una gota.

Juego de palabras. Emplea dos veces un mismo término, dentro de una misma cláusula, con significación diversa. Con dos tragos del que suelo / llamar yo néctar divino, / y a quien otros llaman vino / porque nos vino del cielo. (Baltasar de Alcázar)

Calambur. Las sílabas de una o varias palabras, agrupadas de otro modo, producen un sentido diferente. Oro parece, plata no es. Oro parece, plátano es.

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