miércoles, 14 de octubre de 2015

MEDITACIÓN TERCERA SOBRE LA IMPORTANCIA DEL LENGUAJE

LA BELLEZA DEL LENGUAJE



La importancia del lenguaje adquiere dimensiones profundamente trascedentes. El hombre, sin la palabra articulada, no podría entablar una comunicación ilimitada. Simplemente el pasado histórico que nos determina, por decirlo de alguna manera, se hubiera perdido, si sólo la oralidad estuviera presente en nuestras vidas. Es justamente la palabra escrita la que nos ha permitido comprender y analizar quienes somos debido a la permanencia de los mensajes que se han plasmado y conservado pese al transcurrir del tiempo. Pero aun va más allá, puesto que por ella el hombre ha logrado crear como un verdadero artista los más bellos escritos, ya sean cuentos, novelas o poemas. Comunicar una emoción, un deseo, ha colmado a la historia humana de grandes obras, por lo que podemos apreciar que hablar con el otro es la primera función lingüística. Es enviar o recibir mensajes que permitan la interacción humana. Después, encontramos que la lengua puede ser utilizada con un fin estético. Sublimar el mundo usando las palabras es una segunda función inesperada pero absolutamente bella. Es la posibilidad de que el individuo pueda llevar a cabo el acto de la introspección. Es ese momento en el que el individuo revisa en su interior y descubre que las posibilidades de expresar lo que piensa o siente respecto a sí mismo, la sociedad y el mundo que habita son innumerables precisamente por la amplitud lingüística.

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