COSAS QUE PASAN
Lleno
de nerviosismo se sentó y la observó, la tomó entre sus brazos con una ternura
inmensa, suavemente acarició con mucha delicadeza su escultural cuerpo, la
recostó sobre sus piernas; suspiró profundamente y las manos le comenzaron a
sudar; todos observaban sin decir una sola palabra, el silencio reinaba. El
concierto estaba a punto de empezar. Comenzó a afinar su hermosa guitarra y se
sintió el hombre más infeliz del mundo, se le reventó la cuarta cuerda.
Guss
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