EN LA FIESTA DE DISFRACES
AUTOR: DANNA
David: (Baila divertido mientras coquetea con todas las chicas de su alrededor)
– ¡Hola, me gusta mucho tu disfraz! Yo soy David, amigo íntimo del dueño de la casa…¡Ana! ¿cómo estás? hacía mucho tiempo que no te veía, te favorece ese nuevo corte de pelo.
Ana: (Acercándose a David y saludándole efusivamente)
– ¡Me alegro mucho de verte!, lo estoy pasando muy bien en esta esta fiesta, aunque parece que se les está yendo un poco de las manos ¡no para de venir más y más gente!
David:
-Sí, pero ya sabes lo que dice el dicho popular ¿no? cuantos más seamos mejor lo pasaremos.
Narrador:
(Mientras David coquetea con Ana su grupo de amigos habitual contempla la escena y habla acerca de las intenciones de seductor que caracterizan a su amigo)
Sara: (apoyada en una esquina un poco apartada del bullicio de la fiesta)
– ¡Mírale!, ahora está intentado ligar con Ana, me temo que con esta presa no lo va a conseguir, aunque harían muy buena pareja.
Javier:
– ¡Y tanto!, aunque no creas que David se va a rendir tan pronto…si lo sabré yo.
Narrador:
(Mientras Sara y Javier son testigos de los intentos de conquista de David, aparece por detrás un extraño invitado al que nadie parece conocer)
Sara: (De puntillas para poder ver mejor al individuo que acaba de hacer su aparición)
– Pero ¿quién es ese? creo que no le había visto nunca, va vestido con harapos ¿es un disfraz de mendigo? desde luego está bien caracterizado.
Javier: (Contempla también sin pestañear los movimientos del desconocido)
– Sí, es extraño. Por más que intento ver cómo es su cara detrás de esa larga barba y esa capa de mugre, no me suenan sus rasgos para nada.
Narrador:
(Los dos amigos se quedan en silencio contemplando los pasos del desconocido quien parece un poco fuera de lugar, hasta que se pierde de vista entre un numeroso grupo de gente que charla en otro rincón de la casa)
Javier:
– Creo que hemos perdido a nuestro nuevo amigo.
Sara:
– Eso parece, aunque ¡ah! mírale, está en la cocina. Parece estar buscando algo.
Narrador:
(Mientras Sara acaba de pronunciar sus últimas palabras podemos ver como el extraño invitado abre la nevera, saca de su chaqueta una vieja bolsa de plástico y empieza a llenarla con toda la comida que encuentra)
Sara: (Con los ojos como platos y expresión confundida)
– Esto si que no me lo esperaba ¿qué hacemos?, o se ha metido mucho en su papel o quizás es un mendigo que sabe aprovechar sus oportunidades.
Javier:
– Creo que no quiero saber la respuesta, no haremos nada, pues será la mejor manera de hacer una buena acción.
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