Planificación para una enseñanza de calidad

Sabemos que la planificación es aquel proceso de previsión y reflexión sobre la práctica que reporta una buena calidad a la enseñanza, facilitando la autonomía pedagógica del profesorado. Pero para que la enseñanza sea de calidad, debe de consistir de tres momentos:

Preactiva: Donde se debe hacer una previsualización de las actividades que se harán, temas que se abordarán y estrategias que se establecerán para llevar la evaluación.
Interactiva: Poner en práctica lo que se previsualizó.
Postactiva: La valoración de lo desarrollado, en si la evaluación.

Como ya lo había mencionado anteriormente, todo esto se hace con el fin de lograr una buena enseñanza para que se obtenga un buen aprendizaje, porque pasa que a veces se cae en el error de no llevar las clases preparadas o planeadas y se nos hace fácil aplicar la improvisación, creando consecuencias de no estar logrando una buena enseñanza y ni mucho menos un buen aprendizaje.

 

Carvajal, F., y otros  (1995) nos sugieren las siguientes posibles estrategias para  planificar:
1.- Visualizar lo que se va a enseñar.
2.- Tener clarificación conceptual (saber de lo que se va a enseñar).
3.- Al qué y porqué de lo que se va a enseñar.
4.- Estructura y diseñamiento de las tareas (qué se va a plantear).
5.- Desarrollo de los contenidos. (Llevarlos a la práctica).
6.- Evaluación formativa de todo lo anterior.

 

 

Muchas veces pensamos que evaluar a los aprendices no es de gran importancia, pero no, ¡claro que si importa!! Pues al evaluar nos damos cuenta del tipo de enseñanza que estamos dando y el desarrollo y crecimiento del aprendizaje que se está creando en el aprendiz.
Pero para todo eso existe un proceso de evaluación que sirve para evidenciar los conocimientos, desempeños y productos del aprendiz, tomando en cuenta los siguientes aspectos: exámenes, tareas, trabajos, conferencias, cuadernos, cuestionarios, participaciones, pero sobre todo la comprensión o  reflexión de la resolución de los problemas.