Hablar de semiótica, es
hablar de un tema nada sencillo, debido a que no ha existido, a lo largo del
tiempo, un único concepto, o una forma de plantear los problemas o el estudio,
a que específicamente, se dedica esta ciencia. Por ejemplo: para Peirce
semiótica es “la doctrina de la
naturaleza esencial de las variedades fundamentales de toda posible semiosis”;
para De Saussure se trata de una “ciencia que estudie la vida de los signos en
el seno de la vida social” a la que propone que se dé el nombre de semiología.
Para Erik Buyssens se trata del “estudio de los procesos de comunicación, es
decir, de los medios utilizados para influir a los otros y reconocidos como
tales por aquel a quien se quiere influir”, la llama semiología. Mientras Ch.
Morris define la semiótica como una doctrina comprehensiva de los signos”. Y
así como estos importantes autores existen miles más que ven a la semiótica de
distintas maneras (PÉREZ Martínez, 1995) .
Desde aquí podemos ver la
problemática del asunto, ya que hay desacuerdo sobre lo que se entiende por
semiótica. Pero de una manera general podemos decir que se refiere a un acto de
exploración de las raíces, condiciones y mecanismos de la significación; cómo
está hecho el texto para que se pueda decir lo que se dice. A la semiótica le
interesa el cómo del texto; cómo éste dice lo que dice, cómo está hecho el
mecanismo del texto que se analiza.
Para Ferdinand de Saussure
la semiótica deberá tener como objeto de estudio la vida de los signos en el
seno de la vida social. Ya que la naturaleza semiológica del lenguaje tiene su
origen en el hecho de que el lenguaje es una institución social y, por tanto,
el sistema de signos de que hace uso es siempre un sistema de signos
convencionales. Por lo tanto hacer semiótica consiste en averiguar en qué
consisten los signos y cuáles son las leyes que los gobiernan (PÉREZ Martínez, 1995) .
Para Ch. Morris hacer
semiótica consiste en clasificar los distintos tipos de signos y analizar su
funcionamiento en sus diferentes niveles; en “elaborar en forma sistemática el
metalenguaje mediante el cual se describirían todas las situaciones que
involucran signos”. (PÉREZ Martínez, 1995) .
Para dejar un poco más claro
qué es la semiótica, realizaremos un esbozo general sobre este término a lo
largo de la historia. El vocablo semiótica es de origen griego: semeiotiké, que
significa la observación de los síntomas. Sema significa señal, signo, marca.
Sin embargo se puede analizar desde dos sentidos, en el primero, semaino denota
anunciar, mostrar, dar a conocer y comunicar. En un segundo sentido semeion que
significa dejar huella, señal, distintivo. Indicio, síntoma… sólo se mencionan algunas, porque la familia
del vocablo sema es numerosa y variada.
Y en este mismo sentido se
llega a la duda sobre el mismo término, si debe ser llamado semiótica o
semiología, y para esto mencionaremos su diferente uso en un par de famosos
autores:
Peirce, en Estados Unidos,
prefirió el nombre de semiótica, mientras que Ferdinand de Saussure, en Europa,
usó el de semiología; este último se refería a la disciplina que tenía como
objeto el estudio de los signos en los sistemas verbales. Y la semiótica se le
llamó a la disciplina que se ocupaba de los sistemas de signos no verbales,
puesta en práctica principalmente en la corriente anglosajona basada en la
lógica-filosófica.
Más adelante surge un nuevo
conflicto sobre semiótica y semántica, entendida ésta como la ciencia del
significado, y quien acuñó este término fue el lingüista francés Michel Bread,
quien se interesaba en estudiar los cambios del significado que sufrían las
palabras, dando connotación a la semántica como la ciencia del significado.
Con el paso del tiempo
muchos otros lingüistas han entendido por semántica investigaciones de tres
tipos diferentes: el cambio de significado, la significación en sí misma y el
estudio del significado en el plano del signo lingüístico. Por tanto podemos
precisar que la semántica es la ciencia del significado, y la semiótica es la
ciencia de los signos. (PÉREZ Martínez, 1995) .
Para resumir, “la semiótica
se ocupa de signos, sistemas sígnicos, acontecimientos sígnicos, procesos
comunicativos, funcionamientos lingüísticos y cosas así. Es decir, la semiótica
se ocupa del lenguaje entendido tanto como la facultado de comunciar que como
el ejercicio de esa facultad. La semiótica, por tanto, se ha ocupado de las más
variadas cosas: arquitectura, cine, teatro, las modas, las señales de tráfico,
la publicidad, la literatura, el arte, los juegos, las normas de cortesía la
televisión, los gestos y muchas cosas más de esa índole”. (PÉREZ
Martínez, 1995) .
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