Literatura
Ahora bien, centrarnos en revisar aquello que no es literatura es una forma indirecta pero eficaz para ayudar de resolver un problema que por años ha estado en la mesa de la discusión. La cuestión clave en esto es hablar justamente del lenguaje, que es la base sobre la cual se despliega la creación literaria. Podemos tener presentes el lenguaje científico y también le lenguaje cotidiano, pero será el literario el que nos permita aclarar con precisión de lo que es y no es literatura. Nos dice Wellek que “donde más diáfana se manifiesta la naturaleza de la literatura es en la esfera de la representación. El núcleo central del arte literario ha de buscarse, evidentemente, en los géneros tradicionales de la lírica, la épica y el drama, en todos los cuales se remite el mundo de fantasía, de ficción. Las manifestaciones hechas en una novela, en una poesía o en un drama no son literalmente ciertas; no son proposiciones lógicas”
Lo anterior nos permite comprender que existe un lenguaje literario, sino por acuerdo, si por una coincidencia histórica que se ha desarrollado de manera natural dentro del marco de la creación, que además se desenvuelve dentro de la fantasía o la ficción. Lo anterior orquestado por un motor, la imaginativa que como un fin último busca el mayor goce estético, es decir, alcanzar la belleza como la filosofía busca encontrar la verdad, con la diferencia que la primera, la belleza se vuelve universalizable al ser más accesible, debido a que para acceder a ella se requiere de sensibilidad y no de un amplio conocimiento académico.
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