viernes, 16 de octubre de 2015

RELACION DE MICHOACAN 3ª parte (XII)

DE LA MANERA QUE SE CASABA LA GENTE BAJA

Cuando se había de casar la gente baja, los parientes del que se había de casar hablaban con los padres y parientes de la mujer y ellos lo consertaban entre sí. Y a éstos, no iban los sacerdotes. Y dábanse sus ajuares y el padre de la moza amonestaba a su hija desta manera: "hija, no dejes a tu marido echado de noche y te vayas a otra parte a hacer algún adulterio. Mira, no seas mala, no me hagas este mal; mira, que serás agüero y no vivirás mucho tiempo; mira, que tú sola buscarás tu muerte. Quizá tu marido entra en los qúes a la oración y tú sola buscarás tu muerte, que no matarán más de a ti. Mira, que no andaba yo ansí, que soy tu padre; que me harás echar lágrimas, metiéndome en tu maleficio y no solamente mactarán a ti, sino a mí también contigo". Porque ansí era costumbre, que por el malificio de uno murían sus parientes o padres. Y ansí la enviaba en casa del marido o moraban juntos.

 

Otros se casaban por amores, sin dar parte a sus padres, y concertábanse entre sí. Otras desde chiquictas las señalaban para casarse con ellas. Otros tomaban primero a la suegra, siendo la hija chiquita, y después que era de edad la moza, dejaban la suegra y tomaban la hija, con quien se casaban. Otros se casaban con sus cuñadas, muertos sus maridos. Otros con su parientas, como está dicho. Y dejábanlas y tomaban otras cuando no les hacían mantas o habían cometido adulterio.  

 

 Jerónimo de Alcalá, Relación de Michoacán, Moisés Franco Mendoza (coord.), paleografía Clotilde Martínez Ibáñez y Carmen Molina Ruiz, México, El Colegio de Michoacán, Gobierno del Estado de Michoacán, 2000, p.617


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