
Académicamente, escribir bien te llevará de un 8 a un 10 en tus trabajos. Ensayos, informes y documentos, a menudo se clasifican sobre la base de una correcta gramática y ortografía; un documento puede contener buenas ideas, pero si se utiliza una gramática deficiente al escribirlo, recibirá una nota inferior.
Para lograr escribir correctamente debes practicar leyendo, escribiendo y documentándote, lo que te llevará a ampliar tus conocimientos y vocabulario.
Te evitas la vergüenza. En este mundo moderno en el que estamos a la luz de un reflector constante a través de los medios sociales, acostumbrarte a escribir bien te evitará la pena de una crítica severa por no hacerlo. Comúnmente, las personas que no saben escribir son consideradas como descuidadas, poco inteligentes y torpes en círculos sociales muy críticos.
Peor, cuando el error queda para la posteridad (no puedes darle clic en “delete” o “hide from profile”). Una vez que se manda una carta o un artículo se publica impreso, cualquier error en el mismo y todas las copias, son a menudo permanentes.

En tu negocio. El mismo caso que el anterior. Errores gramaticales en un sitio web pueden llevar a los clientes potenciales a pensar que tu empresa es poco capaz y responsable, pues si ésta no puede revisar su propio sitio web con cuidado, ¿cómo va a encargarse de sus clientes? En un mundo competitivo, donde tienes demasiadas opciones sobre un mismo producto o servicio, las empresas y los individuos necesitan todas las ventajas que puedan para sumar puntos con futuros clientes.
La escritura refleja tu forma de ser. La forma en que te expresas a través de la escritura dice mucho del tipo de persona que eres: cuidadoso, correcto, relajado, flojo… Es como una tarjeta de presentación; la gente aprende a reconocer tu estilo (bueno o malo). Como sabes, te estás comunicando por escrito.
No tiene que ser difícil…
Muy buena información amigo, la escritura influye en todos lo ámbitos. Es importante tomar en cuenta que los buenos escritores no nacen, se hacen a partir de la práctica constante. No debemos olvidar que la escritura es un proceso continuo en el que formulamos y planteamos ideas para después releer y en caso de ser necesario realizar correcciones.
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