El
eufemismo designado a los países de tercer mundo es referido a los países
pobres, principalmente de Latinoamérica y África, que fueron conquistados por
los europeos, quienes transformaron la cultura imponiendo sus hábitos,
costumbres y tradiciones.
Así
que el pensamiento pedagógico de estos países conquistados se basa
principalmente en la transformación de una nueva sociedad, de la búsqueda de
una verdadera libertad y emancipación. Se da principalmente en la primera mitad
del siglo XX, periodo en que, gracias a estos planteamientos pedagógicos,
surgen las revoluciones políticas en Latinoamérica, y en algunos países
africanos.
Un
autor representante de estos movimientos es el chileno Antonio Faundez quien
tiene como objetivo principal la educación para los adultos, alfabetización,
postalfabetización y la cultura oral. Habla de la postalfabetización como
momento superior del propio proceso de alfabetización, donde el dominio de la
lengua escrita y hablada se vincula necesariamente al dominio de los
instrumentos conceptuales y metodológicos para comprender y transformar la
realidad social y natural. La lengua viene a ser no considerada como un mundo
separado de la realidad, pero sí como expresión e instrumento de comunicación
con la realidad, como expresión de dominio, de liberación o de diálogo con la
realidad, considerada como una totalidad. De ahí que la palabra es poder, quien
tiene el dominio de la palabra tiene el control del pueblo.
Es
por eso Faundez habla de una educación para adultos, ya que el adulto sí puede
hacer una revolución para luchar por su libertad, los adultos son los que deben
ser educados porque ellos tienen la capacidad de razonar de una mejor manera
teniendo como base las condiciones en las que vive, así luchar por un mundo mejor y por una sociedad libre y
autónoma, que siga sus propias tradiciones y costumbres y no las de una Europa
que vino a imponerlas y a esclavizarlos.
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