Carlos de Sigüenza y
Góngora (1645 - 1700) fue uno de los primeros grandes intelectuales nacidos
en el virreinato de la Nueva España, polimata, historiador y escritor, que ocupó numerosos puestos
académicos y gubernamentales. Dirigió las excavaciones en Teotihuacán en 1675 que fueron las primeras excavaciones
arqueológicas llevadas a cabo en México en el tiempo colonial.
En 1662, Sigüenza
ingresó en el colegio de la Compañía de Jesús de Tepotzotlán para iniciar sus estudios religiosos, los mismos que
continuó en Puebla. En 1667, por indisciplina juvenil se le pidió que
renunciase a la orden.
En 1681 Sigüenza
escribió el libro Manifiesto filosófico contra los Cometas, en que
trataba de calmar el temor supersticioso que provocaba en la gente este
fenómeno cósmico.
Fue el principio de la lucha
de la ciencia contra la superstición cuando la astrología aun preocupaba a
Europa, y refleja el alto honor de este valiente pensador, quien
sobreponiéndose a la ignorancia de su tiempo, viviendo en un una atmósfera de
práctico hermetismo sellada contra las ideas científicas que comenzaban a
diseminarse por Europa, y rodeado por teólogos dogmáticos, le fue posible
observar este fenómeno natural de una manera moderna y enteramente
racional”.
El jesuita Eusebio Kino criticó fuertemente este texto desde un punto de vista
aristotélico-tomista, pero, lejos de intimidarse, Sigüenza respondió publicando
otra obra Libra astronómica y philosóphica (1690), donde fundamentaba
rigurosamente sus argumentos sobre los cometas según los conocimientos
científicos más actualizados de su tiempo
La obra Infortunios
de Alonso Ramírez,publicada por Sigüenza en 1690 y que describe la vuelta
al mundo de Alonso Ramírez, era una ficción inventada por Sigüenza. Sin
embargo, José F. Buscaglia Salgado y Fabio López Lázaro han ofrecido pruebas documentales tomadas de varios
archivos que prueban que Infortunios es un relato biográfico denso y
complejo basado en la vida de un personaje real aunque muy escurridizo.
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