El mundo de hoy es integral y global, por
lo tanto las conexiones entre nosotros también deben ser integrales y globales.
Este cambio sólo es posible educando hacia la globalidad. Cada persona debe
darse cuenta que en el nuevo mundo estamos todos interconectados y por ello
debemos ser mutuamente considerados.
Una institución educativa-académica debe establecerse en el
espíritu del entendimiento mutuo y la colaboración, como lo promueve la UNESCO,
para capacitar a los jóvenes a servir como “educadores globales”. Para
establecer esta Institución, las mejores mentes humanas, preocupadas por la
educación, deben ser reunidas con el objetivo de construir el curriculum
requerido.
Los filántropos deben ser abordados solicitándoles apoyo en el
establecimiento de
una plataforma en línea y la creación de la infraestructura de Internet en los
países
en desarrollo, para que los jóvenes puedan ser capaces de conectarse a la
educación
complementaria del sistema.
del programa “Educadores Globales”. Los graduados del programa se
incorporarán a los establecimientos existentes en sus países, dando lugar a una
revolución en la educación.
Integrando a los jóvenes en la creación de una sociedad
balanceada, considerada, con
iniciativa e integral y reconociendo el papel fundamental de la juventud en la
formación del mundo para la era global, las Naciones Unidas ha
decidió declarar este año (del 12 de agosto de 2010 al 12 de agosto de
2011), “Año Internacional de la Juventud”.
En un documento escrito para la conferencia “Participación de
los Jóvenes en las
transformaciones sociales: iniciativas y participación”, que se celebrará los
días 2 y 3 de marzo en Moscú, organizada por la Oficina de la UNESCO en Moscú y
la Federación
para la Paz y Conciliación, nos esforzaremos en ofrecer una nueva perspectiva
sobre la contribución de los jóvenes a la vida en la Era Global, y en cómo
elaborar una propuesta concreta, para hacer frente a los desafíos que los
jóvenes enfrentan en todo el mundo.
Para ayudar a los jóvenes a encontrar su camino en la Era
Global, debemos entender
primero las nuevas leyes que rigen la vida en este mundo y las transformaciones
que han llevado a ello: nuestro creciente deseo de ganar a expensas de los
demás ha evolucionado a través de la historia, lo que ha provocado que nos
enredemos unos a otros en diversos aspectos de la vida: económico,
comunicativo, político, cultural y así sucesivamente.
Ese deseo nos ha llevado a un círculo vicioso: por un lado,
estamos acostumbrados a un modus operandi en el cual cada uno está centrado en sí mismo. Por otra
parte ya no podemos llevar una vida desconsiderada y con atención sólo en
nuestros propios intereses.
Estos “han sido” los valores que forman parte del “yo” del mundo, mientras que
estamos viviendo en un mundo del “nosotros”: un mundo global e integral.
Debido a las leyes que rigen este nuevo mundo, todos somos
interdependientes, por esto, todos debemos ser considerados entre
nosotros. Si continuamos actuando en sentido contrario, seguiremos
sufriendo crisis en todos los ámbitos de la vida.
Para romper el círculo vicioso, cada persona debe reconocer la
naturaleza del mundo en que vivimos y entender que en el siglo XXI, “Mi vida
depende de mi actitud hacia los demás”.
De todo lo dicho anteriormente, es evidente que el mundo en el
siglo XXI no necesita
sólo soluciones materiales, económicas o políticas. Más bien, en primer
lugar, el mundo de hoy requiere una solución educativa. Y los jóvenes,
que sienten la brecha entre el mundo antiguo y el nuevo con más intensidad,
deben estar a la vanguardia de esta educación.
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