jueves, 22 de octubre de 2015

CUENTOS ORTOGRÁFICOS.

EL REPARADOR DE PALABRAS.

En la ciudad había un reparador de palabras llamado Juan. Una vez
alguien puso “beyeza” y tuvo que quitar la “y” y poner la “ll” y quedó
mucho más guapa. Después fue a llamar por teléfono y ponía: “No se
puede yamar”. Juan reparó esta última palabra.
La gente le daba papeles con palabras mal escritas y él borraba y
¡Pues te arreglaré!
Le cambió la “z” por la “c” y también le colocó la tilde en la “o”. Se
puso muy contenta y quedó así la palabra: CANCIÓN.
Se la regaló a su hermana y así ella empezó a cantar bien.
Al día siguiente fue al Taller la palabra: “veyeza”. Iba muy triste
porque nadie la quería y le dijo al chico:
Por favor, ¿me puedes arreglar?
¡Claro que sí! –respondió el chico.
Le cambió la “v” por la “b” y la “y” por la “ll” y quedó así: BELLEZA.
Le regaló esta palabra a una amiga suya y así fue muy guapa.
Lidia Delgado
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borraba. Por ejemplo, un día le dieron: “canzion” y “arvol”. Las puso
bien con su lápiz: canción y árbol.
Una mañana alguien le dijo: ¿Cómo te sientes? Cansado y aburrido
–le contestó. Fue a la discoteca y reparó un montón de palabras.
Después se marchó de la ciudad y se metió en un hueco. Era su
cumpleaños y de pronto empezaron a salir letras: primero la F y la
E, luego la L y la I; después la C, I, D, A y la D; más tarde la E y la
S. Las colocó juntas y ponía FELICIDADES. Les dio un abrazo a las
letras.
Al final se fue con muchas palabras a Madrid y se puso a escribir
y a regalar palabras bien escritas.

Jennifer Bueno.

ARREGLO PALABRAS.

Un día bajé al taller y arreglé una palabra que estaba enferma.
Habían puesto “canzion”. Cuando la puse bien se convirtió en una
bonita canción.
El sábado fui a un taller desconocido. Era mi nuevo trabajo. Cuando
estaba en el taller alguien “yamó”. Lo dijo mal. Arreglé esa palabra
y se convirtió en “llamó”. Luego vi a un señor que el “igado” le olía
muy mal. Todos los del trabajo se tapaban la nariz con un palito.
Cuando le quitaron el “igado”, el hígado funcionó de nuevo y quedó
muy guapo el señor.
Ayer vi una palabra muy viejecita con un bolso de joyas. Fue al taller
con su “veyeza”. Como la puso mal se convirtió en fea y lloraba.
Cuando escribió “belleza”, era hermosa.

María Bakka.

LA CIUDAD ORTOGRÁFICA.

Un día iba paseando por la calle y de pronto entré en una dimensión
desconocida. Era oscura, muy, muy oscura. Me encontré en una
ciudad pura, limpia y aseada. Por dentro, sin embargo, era una
ciudad desordenada y sin leyes ortográficas.
Iba andando y vi que había carteles mal escritos: “VENDO ROPA Y
ANORACS”. Esta ciudad es muy bonita y azulada, pero tiene muy
mala ortografía –pensé-. Además estos anoraks (sin la “k”) y su piel
de seda, no abrigarán nada.
Después vi: “REXTAURANTEO CHINO” (Abierto).
¡Ummm, qué comida más buena!, ¡qué sabrosa!
Unos segundos después:
¡Puag! Esto no es comida china. Esto pasa por ponerle “X” en vez de “S”.

Adrián Lázaro.

http://aulalibremrp.org/IMG/pdf/CREATIVA_No_8_CUENTOS_ORTOGRAFICOS.pdf

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