jueves, 22 de octubre de 2015

FRANCISCO GONZÁLEZ LEÓN



 Francisco González Léon



Nacido en Lagos de Moreno, Jalisco, Francisco González León (1862-1945) cultivó el ejercicio de la poesía y fue un importante promotor cultural en su ciudad natal a la par de trabajar como farmacólogo en la botica de su propiedad. Además de impartir clases de francés y de letras, González León fundó un círculo literario y militó en política. Su obra poética fue publicada en los volúmenes Megalomanías, Maquetas, Campanas de la tarde, De mi libro de horas y Agenda.


La selección de textos que se presenta en esta ocasión muestra el carácter sencillo y el poder evocativo de la poética de González León, una escritura ligada a la vida provinciana. (http://descargacultura.unam.mx/app1?sharedItem=499332)

POESÍA


Siestas Dogmáticas
(Francisco
González León)

Apagado y rescoldo aroma
del profuso jazmín del corredor;
siesta cálida
en que es pálida
la emanación de la flor.

Llave del agua que tintinea
su gota pertinaz;
grifo de cobre, donde
a beber la gota de agua
disfrazada de monjita
se aproxima la torcaz.

Siestas dogmáticas de canónigo en el coro;
oro agresivo de calientes siestas…

Y estas quietudes de los canarios en la pajarera
bajo la red de alambre;
y esta hambre espiritual;
y esta íntima divagación;
y la ronca intromisión
del reloj familiar que se propasa,
cuando enturbia el silencio de la casa
tañendo su bordón de catedral…




CRISTIANA

(Francisco González León)


Son mis negras aflicciones
cien pecados, oh cristiana.
Tú estás hecha con la exangüe
Carne blanca de los lirios moribundos.


Tú eres rosa que cultiva Jesucristo el hortelano
Quién me diera el asomarme a tus ojos tan profundos
Quien me diera en comuniones esas hostias de tu mano.


Fue en el pórtico sombroso de una vieja sacristía
La llovizna desgranaba pertinaces secreteos
Bajo el pórtico iba cerca tu silueta de la mía
Y muy lejos, tu ignorancia de mis locos devaneos.


Tu osca dueña se acercaba bajo el hongo del paraguas
Que te ofrece al recogerte
Y al entrarte por la calle, hizo espumas bajo rasos
El linón de tus enaguas
Y tu mano nevó nieves en las pastas de un Lavalle.


Me he engreído a las iglesias
Porque busca sus asilos
Tienes nombre de la virgen y a la virgen te asemejas
El dualismo de tus ojos es espada de dos filos
Y es de espadas acombadas en dualismo de tus cejas.


Ya en la tarde cenicienta
Lenta noche se insinuaba
En la iglesia ya sombroso como rosa
Un cirio ardía
Como lágrimas de mi alma la llovizna continuaba
Continuaba mi locura con soñarte que eras mía.


Oh cristiana
Cual pecado son mis negras aflicciones
Tú estás hecha con la exangüe
Carne blanca de los lirios moribundos.


Tú eres rosa que cultiva Jesucristo el hortelano
Quién me diera el asomarme a tus ojos tan profundos
Quien me diera en comuniones esas hostias de tu mano.

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