¿Qué sabor tiene
tú piel?
A veces reconozco
un aroma dulce y suave;
discreto y sutil.
Sabe a sueños.
A deseos
expeditos.
Puedo probar en
ella las noches que juntos nuestros cuerpos han pasado;
el dulce sabor de
la ternura.
Degusto a cada
beso los amaneceres que se han efectuado mientras nosotros respirábamos tan
cerca uno del otro.
También existe un
sabor marcado por cada una de nuestras ausencias.
Se presentan la impaciencia
y las prorrogas.
Al olerte, mí boca
ansía morder poco a poco tú cuerpo.
Puedo medir beso a
beso tu alma.
Inundada de una
profunda melancolía que se exacerba en una tarde gris y lluviosa
me pregunto que es
lo qué permite que dos amantes continúen juntos cuando las emociones
sorpresivas,
originadas en la novedad, se han agotado.
¿Cómo tener la
certeza de que tu piel no se erosionara
en el inquebrantable paso del tiempo?
¿Cómo saber que
nuestro amor no terminará en la indolencia del abandono?
¿Acaso mañana tu
piel será una tierra extranjera?
Hipatia Teon
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