jueves, 22 de octubre de 2015

La lírica trovadoresca

A partir del siglo XII apareció una poesía lírica de tema amoroso y separada del asunto religioso. Sus orígenes se ubican en la región sur de Francia – Provenza-, por lo cual se habla de poesía provenzal. Esta lírica tuvo un origen culto, era acompañada de música y se alejó de las formas populares que habían difundido los juglares. 

Era cantada por poetas profesionales (trovadores) en la lengua vernácula de oc, que se hablaba en la Provenza. Sin embargo, no se limitó exclusivamente a esa área geográfica, sino que siguió desarrollándose en el resto de Europa. Los trovadores (en Alemania llamados minnesänger) fueron muy respetados tanto por los señores y damas que les recibían en sus castillos como por el público común. 

En su gran mayoría fueron hombres, aunque también se conoce la labor de varias mujeres trovadoras: Beatriz de Dia, María de Ventadour, Bieiris de Romans, Azalais de Altiers, Castalloza, Alais, Iselda, Carenza, Hildegarda de Bingen y Beatriz de Nazaret…además de otras cuyos nombres se han perdido.

Los trovadores provenían de estamentos nobles y contaban con una importante cultura que les permitió elaborar los textos y la música en un estilo refinado, difícil y sujeto a técnicas muy rigurosas de composición.

La soledad (por la ausencia continua del esposo a causa de las guerras) y el desamor (los matrimonios eran alianzas políticas) propiciaron que las damas se rodearan en sus castillos de poetas que cantaban a su servicio sobre el tema que más les interesaba: el amor. De esta manera, surgió un nuevo modelo poético del amor: el amor cortés o gentil. En esta poesía se idealizó la figura femenina. La mujer era vista como alguien inalcanzable, adúltera en sus relaciones y que exigía una entrega absoluta por parte del amante. Éste se sometía devota y completamente a la dama, a cambio de la esperanza (muchas veces realizada) de recibir de ella el favor de amarlo. 

En este sentido, la relación entre el enamorado y su amada reproducía el mismo esquema que se establecía socialmente entre el señor feudal y sus vasallos. Originalmente, los trovadores cantaban sus poemas en la corte y a menudo celebraban competiciones o torneos musicales; aunque muchas veces pagaban a juglares para interpretar sus obras. Además del tema amoroso, también escribieron sobre caballería, religión, política, guerra, la muerte y la naturaleza. Sus formas de versificación eran la cansón (por lo general de amor cortés), la tensón (diálogos o debates), el serventesio (canción satírica), el planto (canto fúnebre o de lamentación por una pérdida), la serena (canción nocturna) y el alba (canción matinal). 

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