La perplejidad puede ser una primera
impresión en el momento en que se indaga sobre los orígenes del mundo
prehispánico. Asaltados por el asombro y la curiosidad, nos disponemos a averiguar y apreciar las magnificas construcciones logradas. Al evocar la grandeza cultural de los antiguos
mexicanos podemos acceder a la atmosfera que permitió el deslumbramiento de los
conquistadores españoles. Es el mismo Bernardino de Sahagún quien nos informa
que Hernán Cortés no podía creer en la majestuosidad de las construcciones
aztecas. El silencio lo inunda cuando intenta describir lo que sus ojos apenas
pueden creer. Nuestra labor es incitar a descubrir los orígenes
del pueblo mexica, su desarrollo (hasta conformarse como el gran Imperio Azteca),
que le permitió edificar grandes construcciones, más allá de los recintos
sagrados, ya que, a partir de su cosmovisión, su pensamiento trastoca hoy las
nociones filosóficas. Lo cual nos incita al escrutinio de la conformación de los
pensamientos que se hacen presentes desde una estructura poética. No podemos ignorar la grandeza del pasado. pues rememorando nuestros orígenes podemos replantear nuestro presente, sabiendo que la reflexión y la poesía fueron concebidas mucho antes de la llegada de los conquistadores. Es una obligación revisar la historia de nuestro pueblos antiguos para conformar nuestra identidad.
Hipatia Teon
Imperio Azteca todo un mundo por descubrir!!
ResponderEliminarNuestro pasado, pero también nuestro presente.Importante que no se pierdan nuestros orígenes. Un llamado a trascender nuestra cultura .
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