Leyenda del Reventón
Hoy
es una loma empinada y rocosa. Hay gente que dice que esta encantada y
que hace mucho no tenía nombre, pero al paso del suceso que hemos de
referir, se le dio el de: “El Reventón”.
Subsiste
la creencia (una de las tantas que se han forjado en las mentes
sencillas de los ingenuos pobladores de las comunidades cercanas) de que
“el hechor” fue un Dragón Enorme.
Retrocedamos unos años en el libro del tiempo y en la hoja de un día del año 1820 o veintitantos...
El
montículo era un lugar bonito, con algunos pinos y más encinas que
daban sombra y donde cantaban alegres pajarillos. La negra capa de la
noche se acercaba mientras las luces del sol se ocultaban tras el
Tecolote y las personas se iban recogiendo a su casa con su familia,
para descansar del peso de un día más de trabajo. Mientras la luna
difundía su opaca y amarillenta luz, sucedió aquel hecho insólito que
alarmó al vecindario, provocando en todos un temor general.
Tal
vez lo fantástico y lo mágico se unan en este suceso; tal vez no tenga
sentido ni sea verdad; tal vez... sea cierto, y han llegado a nosotros
viajando por la fantasía.
En
el obscuro cielo se mostraba fiero y amenazante un negrísimo dragón,
que mostraba su furia con enceguecedores relámpagos y fortísimos truenos,
a la vez que amenazaban desprenderse de cuajo los techos de las casas;
habiendo ya arrancado algunos árboles, todo lo cual sembró el pánico en
todos los habitantes del pueblo.
Nadie
sabía que hacer, sólo encomendarse a Dios. En su desesperación
imploraban, rezaban, oraban, rogaban, con gran fe y mucho
arrepentimiento de sus pecados, pues creían que se acercaba el fin del
mundo y todos iban a perecer.
Mas
de pronto el fenómeno cambió de curso, precipitándose violentamente
contra el cerro y cayendo el dragón infernal sobre tierra y sobre la
laguna.
Nos
cuentan (los que el suceso tienen por verdadero) que el cerro quedo
partido por la mitad, como ahora se puede ver, por el impacto que contra
él dio el dragón. Cayó la cabeza en medio de la laguna, el cuerpo sobre
el pueblo, por la plaza (de allí que ahora el terreno no sea plano,
sino que tiene elevaciones como el promontorio donde está el tanque del
agua potable), y la gigantesca cola sobre el cerro del Tecolote.
Dicen
que el dragón, por el golpe tan fuerte, está desde entonces dormido,
atarantado, pero que de vez en cuando se mueve, y es lo que todos
sentimos como temblor de tierra.
Dicen
también que de vez en cuando, al respirar profundo la bestia bajo el
agua, forma un remolino en medio de la laguna, lo que ha causado que se
hayan ahogado ya muchas personas.
Bueno,
y usted ¿Qué dice?... por que se dicen tantas cosas... El cerrito
partido como de tajo, allí está; hoy es rocoso, con piedras sueltas de
todos los tamaños y dimensiones, inseguras y fácilmente desprendibles;
sin árboles; de difícil acceso; con una cruz amarilla pintada sobre una
roca del medio; allí solo se dan nopales, biznagas y esa yerba que
llaman bembéricua y que produce en quien se le acerca muchos granos por
todo el cuerpo; abundan las lagartijas, las culebras, las víboras y las
avispas.
Pero el panorama que puede observarse desde su altura, es de lo más bello.
Fuente zacaweb.galeon.com
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