miércoles, 21 de octubre de 2015

CUBA VIVE

EL SOCIALISMO SIGUE
El conocimiento de la historia de Cuba, desde el umbral de la irrupción revolucionaria a fines de los  años 50 del siglo pasado, es el análisis de la estructura de vida socialista que desde entonces se ha venido construyendo, acción que no resulta tarea fácil ni mucho menos  que se pueda realizar con una metodología maniqueista.





CUBA  VIVE
                                                     EL SOCIALISMO SIGUE

Cuba no es un sueño, es una realidad social marcada indefectiblemente por las tensiones políticas y económicas internacionales como sus encrucijadas locales, pero que sigue latiendo con fuerza en esa microhistoria cotidiana que a pesar de todo hacer brillar el sol de su tierra en los ojos ajenos, y aunque la carencia y la precariedad aún son los rasgos que predominan en ese vivir, no se percibe miedo o vacío existencial ante la vida; quizá porque los cubanos saben que el miedo es el único abismo que acabaría con la solidez de su sonrisa y la perseverancia de esa felicidad que gravita, dispuesta a desbordarse en cantos y movimientos en la piel de sus cuerpos.
En un contexto planetario de depredación, saqueo y crisis, se desenvuelve el socialismo cubano, manifestando su preocupado por preservar la vida en el mundo y brindarle a su población un devenir claro, no exento de malestares e incomodidades sociales que la lucha por un buen vivir no pueda resolver gradualmente, porque si bien es cierto que el tiempo universal (en donde predomina la cultura global y depredadora del mercado), ella tiene también –en el legítimo derecho –su ritmo propio.

En más de cincuenta años, este socialismo de “candela” caribeña ha sabido enfrentar el embate político, comercial y hasta militar de los países poderosos, sin embargo, ha defendido de una nueva sociedad que concrete la esperanza de los que menos tienen a través de un Estado que garantice la propiedad social como base para el beneficio de todos y no solo de unos cuantos.

Estamos seguros de que en Cuba habrá socialismo mientras haya mayor participación popular en los procesos de rectificación de las tendencias burocráticas y de corrupción que han surgido en algunos cuantos.

Habrá socialismo solo si continúa la revolución de conciencia y de la vida misma.  Al fin, como dice Lorenzo Meyer, la historia no es ni ciencia ni arte, es interpretación; y en cuba, por suerte, tienen la propia.




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