EDUCAR PARA UNA NUEVA SOCIEDAD
"Pensamos que la
emergencia educativa que padece México, no deja lugar a justificaciones e
inacciones: o actuamos ahora, o las próximas generaciones nos lo van a reclamar
con vehemencia y acritud. Quienes seguimos a Jesús, aún en este difícil escenario,
proclamamos que hay Esperanza", señala el Episcopado.
El texto que se divide
en cuatro partes, enmarca la problemática educativa en el contexto nacional y
contiene propuestas claras producto de los aportes de los obispos durante la
Asamblea Plenaria celebrada en noviembre de 2011 y en diversos diálogos con una
gran cantidad de actores de la vida educativa, así como el asesoramiento de
expertos en el tema.
En la primera parte se
describen los rasgos característicos del desafío educativo mexicano y del tipo
de sociedad que se está construyendo, abarcando la realidad educativa en su
dimensión general y particular y, en las actividades propias de los diversos
niveles escolares, en un intento por superar el reduccionismo que limita la
preocupación y la responsabilidad por la educación a la labor de educadores y
especialistas.
"Ya es tiempo de avanzar hacia una responsabilidad compartida
por la sociedad mexicana en su conjunto", expone la CEM.
En la segunda parte se
hace un recorrido histórico sobre el papel de la Iglesia Católica en la educación en
México, destacando la responsabilidad de los fieles no sólo al interior, sino
también en aquellos espacios sociales donde están llamados a dar testimonio de
su fe.
"El desafío
educativo que se describe no está limitado a los ámbitos marcados por una
atmósfera cristiana ni a las instituciones educativas oficiales y privadas; se
extiende hacia una amplia gama de realidades y tareas en las que la educación
posee importancia decisiva para la reconstrucción del tejido social".
En la tercera parte se
subrayan los elementos fundamentales de la antropología cristiana que pueden
ayudar a recuperar un concepto de educación que responda a la naturaleza y
dignidad de la persona humana e ilumine los procesos de transformación que México
requiere.
En la cuarta parte, los
obispos invitan a todos los mexicanos-creyentes y no creyentes- a asumir el
compromiso como verdaderos protagonistas en el fortalecimiento y mejora de la
educación en el país.
"Para enfrentar la
emergencia educativa, es indispensable crear alianzas, tejer redes y despertar
sinergias entre familia, escuela, empresarios, gobernantes, medios de comunicación
e Iglesia. Estas sinergias serán provechosas en la medida en que se
coloquen al servicio del crecimiento de la persona humana y sus exigencias
objetivas de desarrollo", plantea el documento.
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