Desde principios de este siglo, el desarrollo y la expansión del nivel
primario fueron objetivos de políticas educativas que respondían a un proyecto
político general para el país. Bajo el supuesto de que existiría una estrecha relación entre
desarrollo económico y nivel educacional, se considera a la educación como uno
de los pilares más importantes del desarrollo. Surge la preocupación por
aumentar la cantidad de la educación, con lo que se incrementa la matrícula. Esto
ha producido un fenómeno muy particular: una matriculación alta en ese nivel
comparada con la cantidad de población.
La autora Silvia Smelkes hace alusión a aspectos muy importantes sobre
la calidad de la educación, es por eso que la mayoría de los elementos que ella
retoma tienen que ver sobre los problemas que denigran la calidad de la
educación. Silvia retoma los siguientes problemas.
- Deserción escolar.
- Violencia intrafamiliar.
- Escolaridad de los padres de
familia.
- Contexto socio económico de los alumnos.
- Rezago educativo.
- Pobreza extrema.
La tasa de escolarización, según datos del Censo Nacional era, en 1980,
del 90,15% en el grupo de población comprendida entre los 6 y los 12 años. Pero
junto con ella aumentan los índices de repitencia y deserción. Esta situación
nos obliga a preguntarnos qué pasa con la repetición. La decisión escolar
constituye el otro factor importante que opera como un filtro dentro de la
escuela primaria. Los educandos que no adhieren a las reglas pedagógicas
de la propuesta formativa son eliminados.
El problema se resuelve por la expulsión y no por el replanteamiento
de los procedimientos pedagógicos empleados. A pesar de que la escolarización
es significativamente importante en la base, el retraso escolar y el abandono
constituyen graves problemas que afectan básicamente a los sectores populares,
notándose una distribución desigual en las diferentes regiones del país.
El análisis de la calidad de la educación en el nivel primario
constituye cada vez más un objetivo y una necesidad impostergables. Esto
aparece claramente a partir de los datos cuantitativos antes mencionados sobre
la repitencia y el abandono, que evidencian graves falencias de la escuela
argentina. Pero no sólo preocupa la situación de los niños repetidores y
desertores, sino también la de quienes concluyen el nivel en el tiempo
indicado.
Esta situación hizo, que a comienzos de los 80, el problema de la
Calidad de la Educación fuera tema central para tratar de ver cómo se hacía
para retener a los alumnos. La masificación educativa fue acompañada por una
pérdida en la calidad. En base a esto hubo tres conclusiones:
a) El nivel de los
aprendizajes alcanzados dista mucho de ser ideal. Las mediciones realizadas por
las instituciones de educación superior muestran que existe un desfase
creciente entre lo que certifican los títulos y certificados escolares y los
saberes y competencias efectivamente incorporados por los estudiantes en los
niveles educativos previos.
b) Los
aprendizajes varían en función de diversos factores, en especial, en función
del nivel socioeconómico de los hogares de los estudiantes. La igualdad formal
de la escuela oculta una profunda desigualdad en la calidad y cantidad de
aprendizajes efectivamente logrados. Todo parece indicar que quienes tienen más
capital económico y cultural tienden a apropiarse en mayor medida de las formas
más complejas y poderosas del saber.
c) Una mirada
rápida al conjunto de los estudios reseñados, indica que no disponemos de
un panorama global para todos los niveles
del Sistema Educativo, en sus
diversas modalidades y
unidades
territoriales.
Las críticas provienen no solo de los especialistas en educación;
expresan su insatisfacción los alumnos, sus padres, los docentes, los
directivos, la opinión pública en general. Se percibe un descontento; un
desajuste entre lo que la escuela ofrece y los que los protagonistas esperan de
ella.
· Los
contenidos son poco significativos para los alumnos.
· Hay
escasa relación de los planes y programas con las necesidades socioeconómicas y
culturales del mundo actual.
· Existe
un déficit en la formación y capacitación docente.
· Los
modos de gestión están burocratizados lo cual impiden la resolución eficaz de
los problemas.
· Fracasan
grandes sectores de la población que no logran financiar con éxito un ciclo o
nivel.
· Están
desvinculados el mundo de la escuela y el mundo del trabajo;
· Los
sesgos de autoritarismo impiden el desarrollo de una educación verdaderamente
democrática.
· La
especulación y el automatismo se privilegian frente a producción y la
reflexión.
· La
tarea docente se encuentra desvalorizada y desprestigiada.
Así, la calidad de la educación se ha constituido en los últimos
tiempos, en principio organizador de las políticas institucionales y estatales.
El concepto de calidad de la educación es polisémico, multidimensional y
contextualizado. Alude a un rasgo o atributo de lo educativo, referido a
distintos niveles (macro y micro) y a múltiples dimensiones de cada nivel;
además, expresa concepciones de la educación, valores o criterios no siempre
coincidentes. El punto focal de su acción es la educación definida como
instancia de construcción y distribución del conocimiento socialmente válido.
¿Qué entender por
calidad y cómo lograrla en mi escuela?
Una
educación de calidad es aquella que promueve:
· La
construcción de conocimientos psicológica, social y científicamente
significativos.
· El
desarrollo de procesos de pensamiento y estrategias cognitivas que le permitan
al sujeto “aprender a aprender”.
· La
apropiación de instrumentos para participar en la vida económica, política y
social, contribuyendo a la construcción de un modelo social democrático.
· El
desarrollo de habilidades básicas que posibiliten al educando, la inserción en
condiciones adecuadas en el nivel siguiente del sistema educativo o la
incorporación a la vida activa.
· La
aplicación del conocimiento para operar sobre la realidad.
· La
posibilidad de la duda y la discusión.
· La
consideración de las características propias del sujeto de aprendizaje, en sus
aspectos cognitivos, socio afectivos y psicomotrices.
· El
crecimiento profesional del docente.
En conclusión, desde esta perspectiva, es importante tener en cuenta
factores políticos y culturales, donde se torna relevante la participación
ciudadana como forma de gobierno. Aunque el problema que más aqueja en la
actualidad a la educación es la politización de ésta, ya que los grandes líderes
magisteriales hacen acuerdos sin consentimiento de los profesores que después
se ven afectados por esos acuerdos.
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