Pensamiento pedagógico de la escuela
nueva
María Montessori
“Sobre mi método”
El
ambiente es básico en el aprendizaje de los niños, mientras más corresponda a
las necesidades del niño desarrolla sus capacidades y habilidades, fuerzas
positivas como lo llama la autora. Promueve la autoformación mediante
materiales didácticos adecuados que despiertan el interés de los estudiantes;
los estímulos deben ser graduales que permitan la concentración y el
aprendizaje, de inicio deberán ser objetos reconocibles por los sentidos al ser
manipulados y luego actividades que suban de complejidad que construirán el
saber del niño a través del reconocimiento de la concentración, punto clave de
la pedagogía.
El
profesor debe promover la autoeducación proveyendo los materiales necesarios y
creando el ambiente adecuado que despierten un interés profundo en el estudiante,
además de brindarle al niño la libertad que requiera para su desarrollo sin
descuidarlo en ningún momento y tomando en cuenta la formación de su alma a
través del afecto y observación prudente. Debe introducir al niño en los
trabajos de la vida práctica y distinguir si el niño ha tomado el camino
correcto, su actuar debe ser cuidadoso, sereno, afable y estar totalmente
dispuesto cuando es solicitado, a través de la confianza y el amor, puesto que
corresponde a él la formación de la
humanidad y compete ser guardián de la pureza del proceso de aprendizaje, sin
influir en la formación y disciplina del alumno confiando en las energías
latentes de su discípulo. Además debe evitar la vigilancia continua con
amonestaciones ininterrumpidas, órdenes arbitrarias que perturban el desarrollo
del niño y provocan el deseo de liberarse lo más rápido posible; debe evitar
corregir, dar consejos, motivar o manipular su autoformación, para no mermar su
progreso a través de la demostración de su experiencia superior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario