viernes, 29 de enero de 2016

"ALGUNAS NOCIONES SOBRE EQUIDAD DE GÉNERO"




El respeto a la igualdad de género  debe ser entendido como el trato necesario entre hombres y mujeres, que incluya los mismos beneficios, derechos y oportunidades para ambos, sin importar las diferencias anatómico-fisiológicas. Por género entenderemos la construcción social o simbólica del comportamiento de los hombres y las mujeres, es decir, los roles que ambos sexos realizan en la sociedad. El planteamiento de la concientización radica en el acto de hacer que se tome conciencia justamente en esas diferencias que van más allá de las diferencias biológicas. Será entonces que mediante el diálogo y la reflexión, podrá lograrse que los estudiantes tomen conciencia de sus actos y de las consecuencias de desenvolverse en un ambiente de respeto, tolerancia y equidad. 


            La discriminación por género o sexismo nos dice Marta Lamas es cuando se toma “como punto de referencia la anatomía de mujeres y de hombres, con sus funciones reproductivas evidentemente distintas, cada cultura establece un conjunto de prácticas, ideas, discursos y representaciones sociales que atribuyen características específicas a mujeres y a hombres. Esta construcción simbólica que en las ciencias sociales se denomina género, reglamenta y condiciona la conducta objetiva y subjetiva de las personas. O sea, mediante el proceso de constitución del género, la sociedad fabrica las ideas de lo que deben ser los hombres y las mujeres, de lo que se supone es "propio" de cada sexo”[1]. Veamos algunos ejemplos:
1. La serie de adjetivos violentos  que son lanzados hacia las mujeres cuando ejercen su sexualidad de manera libre, rompiendo las reglas de una mujer recatada. Dichos insultos son lanzados también por las mujeres hacia otras, de modo que la concepción del  buen comportamiento femenino es compartida por ambos géneros.
2. Las actividades que desarrollan tanto hombres como mujeres, en función de su fuerza física, invalidando las destrezas que puedan tener sin que la biología sea la limitante.
3. Concebir la idea permanente que los fines últimos de hombres y mujeres son marcados socialmente, una vez más, correspondiendo a la fisiología. Así, una mujer nace para tener hijos, por lo cual debe tenerlos para realizarse como mujer, de lo contrario, sería incompleta su conformación y fin como ser humano. El hombre tiene la fuerza y la inteligencia para lograr su desarrollo en el ámbito laboral y académico. Debe prepararse para ser el futuro sustentador de una familia. Si por alguna razón no lo logra sería un hombre fracasado, con la incapacidad de realizarse como hombre y lograr la completitud de ser humano.


Me parece que a lo largo de la historia de la humanidad, la mujer siempre ha estado presente activamente, sin embargo, se ha relegado y despreciado justo por las diferencias biológicas. Esas diferencias que son en realidad un complemento, se han usado como una herramienta en contra la mayoría de la veces. Creo que hoy más que nunca debemos de pensar en cambiar las condiciones de poder entre hombres y mujeres. Siendo estas últimas las que más trabajo de autocritica debemos realizar. No merecemos tratos privilegiados por nuestra supuesta fragilidad, como tampoco debemos ser violentadas por no ser equiparables a la fortaleza masculina. Las posibilidades emocionales e intelectuales  están  igualmente potenciadas. La cuestión es crear un entorno con posibilidades amplias y equitativas para que cada mujer en el país y en el mundo acceda y descubra de lo que es capaz de realizar, sorprendiéndose a sí misma, primero y después a la sociedad a la que pertenece.  Dice Marta Lamas  “por más que la igualdad entre hombres y mujeres esté consagrada en el artículo 4º de nuestra Constitución, es necesario reconocer que una sociedad desigual tiende a repetir la desigualdad en todas sus instituciones. El trato igualitario dado a personas socialmente desiguales no genera por sí solo igualdad. Además, no basta con declarar la igualdad de trato, cuando en la realidad no existe igualdad de oportunidades. Esto significa que el diferente y jerarquizado papel que los hombres y las mujeres tienen dentro de la familia y la sociedad, y las consecuencias de esta asignación de papeles en el ciclo de vida, dificultan enormemente cualquier propuesta de igualdad. Para alcanzar un desarrollo equilibrado y productivo del país urge establecer condiciones de igualdad de trato entre hombres y mujeres, desarrollar políticas de igualdad de oportunidades y sobre todo, impulsar una educación igualitaria” [2].
Aidé Carvajal Medina.

 

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