viernes, 29 de enero de 2016

BIBLIOTECAS ESCOLARES

Los libros, considerados como vínculos de cultura, pueden ser objeto de uso personal y de propiedad particular, pero cuando pertenecen a una biblioteca o a una escuela, desempeñan una función social; esto puede decirse de toda clase de libros, pero tratándose de libros de texto que en forma gratuita distribuye el actual gobierno de la República en todo el país, representan un bien colectivo, destinado al servicio del pueblo y de la patria. Por ese hecho corresponden a una función social de la enseñanza y promoción de la lectura.
Para todo ser humano debe ser de una enorme importancia la lectura, pues la cantidad y calidad de material que lee un país es la base de un alto o bajo nivel intelectual, debería existir por ello una conciencia individual, social y universal de los efectos positivos que puede aportar a un país.
La lectura es un medio por el cual podemos mejorar la calidad de vida, ya que nos mantiene informados de todo lo que nos interesa y de cuanto acontece en nuestro alrededor, es un hábito que propicia el desarrollo de nuestra capacidad intelectual y espiritual en general, ya que cuando las personas leen adquieren conocimiento, dando como resultado una cultura más amplia que llega a ser para el individuo una satisfacción personal.
Para crear el hábito de lectura sólo hay un método: leer mucho. Es la forma de aplicar la ley del ejercicio también llamada "ley de la formación de los hábitos". Para formar el hábito de leer, el ejercicio no ha de ser puramente repetición, sino que al realizarlo, sobre todo en su fase inicial, se debe procurar que el acto sea placentero, lo cual se logrará por la forma en que se motiva la lectura, por el ambiente en que se lee, el interés de lo que se va a leer. Todos estos factores debidamente manejados ayudan a la creación consciente del hábito de la lectura.
"La educación de usuarios de la información es una función que se ha atribuido a la biblioteca. Es en el nivel de educación superior donde, principalmente, se han realizado esfuerzos tendientes a proporcionar los conocimientos para hacer uso de la información. Sin embargo se ha manifestado que este problema tiene sus antecedentes en la falta de una tradición bibliotecaria en el establecimiento de bibliotecas escolares, y la carencia de actividades escolares que permitan la adquisición gradual de los conceptos y habilidades en el uso y manejo de la información por parte del individuo desde edad temprana."1
El fomento de las bibliotecas en las escuelas elementales es relativamente reciente en los planes educativos, en tanto que éstas han desempeñado siempre un importante papel en la enseñanza secundaria y superior.
Es a fines del siglo XIX y principios del XX que se introduce en las naciones industrializadas la concepción sobre educación basada en las ideas progresistas y en las investigaciones en psicología y educación centrada en el desarrollo del niño, lo cual ha contribuido a desarrollar la llamada educación nueva, en contraposición con lo que se denominó educación tradicional.
La educación tradicional se caracteriza por la pasividad por parte del alumno. Bajo este concepto se dio por hecho que la función de la escuela elemental habría de limitarse a enseñar a leer en libros de texto basados en materiales útiles, o sea, las llamadas materias fundamentales; todo su programa educativo, incluyendo la organización de la escuela, métodos de enseñanza y material docente, giraban en torno a este criterio. A los alumnos se les atribuye la función de receptor de conocimientos y habilidades que se le proporcionan de forma verbal, además de que se ha caracterizado al maestro como un agente modelador y activo, actitud que ha originado la pasividad de los estudiantes.
El libro de texto desempeñó un papel preponderante en este tipo de enseñanza y la metodología estaba basada en señalar la lección sobre estos libros que el alumno memorizaba. En este tipo de escuelas había pocas ocasiones para usar otro material escolar perteneciente a otros recursos que no fueran el libro de texto, la llamada biblioteca no jugaba papel esencial alguno en los programas educativos y comúnmente consistía en una simple colección de libros desorganizados, sin catalogar, pobremente seleccionados.
Los adelantos en la educación y en la psicología han permitido definir al educando como un elemento de suma importancia, que puede prescindir del educador al adoptar una actitud independiente y reflexiva ante los conocimientos. Así, el maestro asume su función de guía, orientador e inclusive aprendiz, esto dentro de un proceso dinámico de enseñanza-aprendizaje.
Dentro de esta nueva propuesta de educación, se considera al proceso educativo como la acción continua de enseñanza-aprendizaje, en la cual se persigue modificar una conducta a través de un medio ambiente favorable, donde el educando se apropie de conocimientos, (cultura, tradición, etc.) de una sociedad y el educador transmita tales conocimientos desarrollando en el educando aptitudes y habilidades.
La adquisición de estas cualidades es valiosa e indispensable en toda personalidad bien cimentada; lo que no realice bien la escuela primaria en lo que se refiere principalmente a la conducta y hábitos, difícilmente podrán lograrlo otros niveles superiores de la educación.
Es dentro de la educación activa donde el papel del educador y del educando se transforma en una relación activa donde adquieren importancia la existencia y uso constante de los recursos informativos, tal como la biblioteca escolar.

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