Año nuevo purépecha
Esta ceremonia “simboliza la
unidad y fortalecimiento del pueblo purépecha contemporáneo, recuperando ritos
y ceremonias así como elementos tradicionales que pueden ser útiles en la vida
cultural, social, espiritual educativa y organizativa de los purépechas, basada
en las raíces de Juchari Anchekuarhikua (nuestro trabajo), Juchari Kaxumbekua
(nuestro honor comunitario), Juchari Jakukua (nuestra cosmovisión) y Juchari
Purhejkukua (nuestro espíritu guerrero)”
Fuego Nuevo (Kurhikuaeri
K´uinchekua): inicio del año nuevo PurépechaAunque no se tienen registros
históricos que puedan marcar con exactitud el inicio de este culto en la época
prehispánica, fue a partir de 1983 cuando este pueblo comenzó a retomar esta
ceremonia como una revitalización y dignificación de sus tradiciones.
El Fuego Nuevo (Kurhikuaeri
K´uinchekua) tiene la finalidad de agradecer a la Madre Tierra (Nana
Kuerajperi) los favores recibidos a lo largo del año; el año que comienza toma
como referencia los ciclos productivos de la tierra.
Aunque este rito se lleva a cabo
bajo un tenor reflexivo, no es un rito religioso o político, y junto con el
encendido del fuego nuevo se practica, como antiguamente se hacía, la costumbre
del trueque de mercancías y se escucha a los purépechas hablar su lengua
materna.
Los purépechas se rigen hoy día
por el calendario gregoriano, pero anteriormente, el año de la etnia se
integraba por 18 meses de 20 días, de manera que el comienzo de un nuevo ciclo
coincidía con la fecha en que actualmente se celebra.
La celebración se llena de los
aromas del mole y otros alimentos tradicionales como las corundas y aguacatas,
que son bolas hervidas de masa del tamaño de un puño, se preparan en las
regiones en las que se dividen los purépechas en Michoacán, siendo éstas
Sierra, Cañada, Lacustre y Ciénega.
Durante la celebración, también
se queman cohetes mientras las personas escuchan música típica de la etnia,
como “El abejeño” y “La pirekua” (declarada Patrimonio de la Humanidad en 2010
por la UNESCO), géneros que acompañan al fuego hacia la comunidad de Nahuatzen,
ubicada en la meseta, a 105 kilómetros al noroeste de Morelia, capital del
estado, y que este año (2013) es sede de la festividad.
La celebración del Encendido del
Fuego Nuevo comienza la noche del 1 de febrero y continúa la madrugada del día
2, las actividades en torno a la fiesta comenzaron el pasado 28 de enero,
siguiendo la tradición como se realizaba en la época prehispánica, al efectuar
la caminata por los montes (Uanápikua, caminata totalmente a pie) para
transportar el fuego sagrado o fuego viejo, desde Conguripo a Nahuatzen.
El ceremonial incluye el traslado
de todos los elementos culturales de la cultura purépecha, como el fuego, la
piedra calendario, la bandera y un bastón que simboliza la sabiduría, desde la
comunidad que recibió el Fuego Nuevo el año anterior, en este caso Conguripo,
hasta la nueva sede, misma que se designa cada año.
El fuego viejo es recibido por
las Nana K’eri de la comunidad, quienes lo depositan en la parangua colocada en
la cima de una yácata que se instala en la plaza del lugar (plataformas
escalonadas que combinan un cuerpo rectangular con otro circular, lo que hace
parecer a la planta como una especie de “T”).
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