EDUCACIÓN BILINGÜE
A diferencia de un modelo único de nación del siglo XX
basado en la idea de una sola lengua y una sola cultura para todos los
mexicanos, la actual política educativa del país establece que la educación en
y para la diversidad no es sólo para los pueblos indígenas sino para todos los
habitantes del territorio mexicano. Su enfoque es intercultural para todos e
intercultural bilingüe para las regiones multiculturales del país, e influye en
los distintos niveles y modalidades del Sistema Educativo Nacional (SEN).
Existe un marco jurídico en la que se emplaza la EIB,
principalmente la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que
reconoce la composición pluricultural de la nación mexicana y la prohibición de
la discriminación por origen étnico o cualquier otra condición. Por otro lado,
el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos
Indígenas y Tribales en Países Independientes es un importante instrumento
normativo internacional que reconoce los derechos de los pueblos indígenas.
Otros marcos son ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación y la
Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas.
En cuanto al marco filosófico, la educación
intercultural es un esfuerzo por construir una sociedad en que la diversidad
sea valorada como una riqueza, implicando justicia para responder a las
aspiraciones de todos los habitantes del territorio nacional y equidad, pues la
diversidad de posibilidades de los educandos es la que orienta la pluralidad de
las prácticas y los procesos pedagógicos.
En el marco conceptual se expresa que por
interculturalidad se entiende como un proyecto social amplio que constituye una
alternativa que induce a replantear y reorganizar el orden social, porque
plantea la comunicación justa entre las culturas como figuras del mundo,
reconoce al otro como diferente buscando comprenderlo, dialogar y respetarlo.
La alternativa propuesta por la interculturalidad
implica una nueva comprensión de la universalidad que implica la realización de
todos los universos culturales y se construye como un tejido de comunicación y
de solidaridad desde lo local hacia lo global. Así, la discusión tiene que ver
con la construcción de la relación entre el Estado y la sociedad no indígena
con los pueblos originarios; es decir, supone el reto de la transformación
epistémica y ético-política que va de concebir a tales pueblos originarios como
sujetos de atención pública e inspiradora de concepciones asistencialistas a
considerarlos sujetos de derecho, susceptibles de ejercer formas alternativas
de ciudadanía.
Finalmente, la EIB se entiende como el conjunto de
procesos pedagógicos intencionados que se orientan a la formación de personas
capaces de comprender la realidad desde diversas ópticas culturales y de
intervenir en procesos de transformación social que respeten y se beneficien de
la diversidad cultural. Ello implica que todos los alumnos alcancen los
objetivos educativos nacionales y asegurar el acceso y permanencia en
Muy interesante, considero que se requieren programas nuevos que impulsen y motiven a los docentes a aprender lenguas indígenas para que puedan enseñarlas a sus estudiantes y valorar su riqueza.
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