miércoles, 27 de enero de 2016

¿CÓMO NOS COMUNICAMOS LOS JÓVENES?

Cómo se comunican los jóvenes

La juventud actual se sirve, ciertamente, de la lengua escrita para sus comunicaciones personales a través de los SMS, redes sociales y del correo electrónico, pero la expresión es, en realidad, calco de la oral, resultado de la escasa reflexión, de ahí las incoherencias de tipo lógico y sintáctico, la pobreza en el uso del vocabulario e, inclusive, las faltas de ortografía. Tales escritos, fruto de la despreocupación por la forma, contraria al acto de la escritura de otros tipos de comunicación en los que existe una mayor concentración y tensión, no dejan de ser una manifestación jergal, pues quien tiene conocimiento del código escrito sabe emplearlo debidamente en el resto de los actos comunicativos.

Faltas de ortografía en los niños

La corrección ortográfica es un componente más dentro del dominio del lenguaje escrito. Nuestra ortografía es clara, sencilla, adaptada a la lengua oral. Realmente a quien respeta el sistema de escritura, cualquier falta ortográfica no solo le molesta visualmente sino que, inclusive, puede, momentáneamente, llegar a impedirle el reconocimiento de la palabra.
Y ¿cómo llegar a escribir correctamente, empleando acertadamente las letras y signos auxiliares de la escritura? Adquiridas las destrezas primeras de lectura y escritura, comienza su enseñanza, que debe basarse principalmente en la memoria de la imagen visual de la palabra, más que en el aprendizaje de las reglas.
Lo fundamental es la adquisición del hábito de escritura correcta, con una metodología de carácter reiterativo para reforzar la memoria visual. En este sentido, uno de los ejercicios más utilizados es el dictado, cuyo texto debe ser conocido previamente para que la imagen y la estructura de las palabras dudosas sea grabada con corrección. •El dictado será de verdad un instrumento de aprendizaje si atiende a la triple imagen correcta de la palabra: auditiva, visual y motriz, en el aspecto de que, al final del proceso, debe ser escrita sin errores, además de conocido su significado.
Todo ello exige un esfuerzo de concentración, revisión y autocorrección, que llevará a la automatización deseada. La representación errónea tiende a repetirse, de ahí la importancia de la formación de una primera imagen ortográfica correcta. • Los ejercicios de creación –narraciones, cartas, adivinanzas, poemas, trabalenguas, cómics, situaciones varias de escritura–, con temas atractivos, motivadores, servirán también para reflexionar sobre la ortografía, analizando aciertos y errores. •
El diccionario debe ser una herramienta necesaria para comprobar la forma de la palabra y relacionar la misma con otras de su familia léxica. No olvidemos, por último, lo obvio, la total relación entre lectura, ortografía y escritura. El buen lector tiene un mayor dominio de las técnicas para expresarse por escrito. En definitiva, desarrollar la capacidad de respetar el funcionamiento de la lengua es tarea no solo de la escuela sino también del medio familiar y social. Y ¡qué poder mágico de veintinueve letras para componer infinitos escritos!

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