miércoles, 27 de enero de 2016

Fenómeno del Bilingüismo en México

PRINCIPIOS DE LA EDUCACION BILINGÜE

Con el espacio conceptual entre el bilingüismo individual y el social que describimos anteriormente, ¿cuál es la relación entre el bilingüismo y la educación bilingüe? En México, es claro que el bilingüismo está enfocado, primeramente, a la adquisición de una segunda lengua (L2) de prestigio (inglés, francés, alemán, etc.) y a mantener, e incluso a mejorar, el conocimiento de la primera lengua (L1). Esto significa que los motivos que se tienen para promover una educación bilingüe son meramente sociales. Lo que se persigue mediante el desarrollo de la educación bilingüe, y por consiguiente del bilingüismo, es la formación de individuos capaces de lidiar con situaciones en las que se requiera hacer intercambios comunicativos mediante estos idiomas, ya sea de negocios, turismo, tecnológicos y de estudio. La ventaja de este tipo de educación bilingüe nos permite asumir que en ningún momento se persigue la eliminación de la lengua materna, el español. Por el contrario, lo que se pretende es que a través de la educación bilingüe se promueva el dominio en los dos idiomas: L1 y L2.
Existen, por supuesto, otro tipos de educación bilingüe en México. Un ejemplo palpante lo tenemos en la Universidad de Guadalajara, en el Departamento de Lenguas Indígenas a cargo del Doctor José Luis Iturrioz. Aquí se promueve el aprendizaje del español por hablantes nativos de lenguas indígenas, pero con el propósito de rescatar y mantener sus propios hábitos lingüísticos. Esta situación, al igual que la anterior, está enfocada a un bilingüismo aditivo.

APRENDIZAJE DE UNA SEGUNDA LENGUA

El entendimiento que tenemos sobre el proceso del aprendizaje de una L2 todavía es incompleto. Sin embargo, nuestro conocimiento se ha incrementado significativamente durante los últimos treinta años. Ciertamente, nuestro conocimiento de una L2 no se puede separar totalmente de nuestro conocimiento general del lenguaje y del aprendizaje. De acuerdo con Hakuta (1986), una forma de caracterizar la tendencia de la investigación en el aprendizaje se da en tres variantes: del empirismo al cognitivismo formal y de éste hacia una mayor sensibilidad del cognitivismo en el contexto en el cuál el aprendizaje se lleva a cabo.
El empirismo se caracteriza por la creencia de que el aprendizaje es el resultado de la experiencia, tomando en cuenta la estructuración de este aprendizaje en los individuos. Los principios basados en esta creencia son extremadamente generales, los cuales se extienden no sólo hacia diferentes dominios; aprender a manejar una máquina, aprender a contar, etc., sino también hacia diferentes especies; humanos, primates, perros, etc. Esta perspectiva teórica del aprendizaje fue aplicada a los procesos involucrados en la adquisición de segundas lenguas. La versión empírica del aprendizaje propuso una transferencia de hábitos de la L1 a la L2. Por un lado, las similitudes entre los dos lenguajes se tomaron como aspectos que facilitarían el aprendizaje (transferencia positiva). Por otro lado las diferencias, entonces, causarían dificultades (transferencia negativa).
De ahí que, un hablante nativo del español puede experimentar una transferencia positiva en el aprendizaje de la diferenciación entre el artículo definido e indefinido del inglés, ya que esta distinción también existe en español. Por otro lado, esta persona experimentaría una transferencia negativa la aprender la negación en inglés, debido a que la partícula negativa en español no precede, generalmente, al elemento verbal que contiene esta marca de tiempo: ‘Pedro no come la hamburguesa’ y 'Pedro doesn’t eat the hamburguer’, la transferencia negativa hacia el inglés sería ' Pedro no eats the humburguer', entre otras. Sin embargo, si le decimos a una persona que traduzca al inglés, "un día sí y otro no", se dará cuenta de que no puede decir "one day yes and one day not". En inglés tendrá que decir "every other day". Póngalo a traducirlo al español, y se dará cuenta de que decir "todo otro día" no es español. Esto es consecuencia de la conciencia o ‘alerta’ lingüística que los estudiantes de segundas lenguas o lenguas extranjeras
Este paradigma del aprendizaje de una L2 como transferencia se refleja también en el crecimiento del análisis contrastivo, es decir, el estudio formal de comparación de estructuras de dos lenguajes con propósitos de predecir problemas en el aprendizaje de una L2. Esto conlleva una visión de que los reflejos lingüísticos de los dos idiomas están en competencia uno contra otro y que la supresión o permanencia de los hábitos de L1 facilitarán o impedirán el aprendizaje de L2 respectivamente.
El cognitivismo formal, introducido por las ideas revolucionarias de Chomsky en los años sesenta, se caracteriza por la creencia en la extrema abstracción y estructuración de quien aprende (Chomsky, 1966). Este va acompañado por las propuesta de que el conocimiento es altamente específico en dominios y en especies. Quizá, aquí, la metáfora más relevante es la caracterización Chomskiana de que el niño posee un 'Dispositivo de Adquisición del Lenguaje', el cual toma información imperfecta e incompleta como input (entrada) y produce 'conocimiento' lingüístico detallado y abstracto de reglas lingüísticas como output (salida).
La competencia entre la L1 y la L2 dejó de ser el foco principal para comprender la adquisición de L2, en la medida en que el lenguaje se concebía como un mecanismo interno que se desarrolla en vez de percibirlo como 'algo' que se construye a través de la experiencia. La inminente contextualización de estas capacidades cognitivas formales pasaron por un gran número frentes. En sociolingüística, Labov (1970) mostró correlaciones impresionantes entre el comportamiento lingüístico y la clase social, por lo que argumentó que esta variación sistemática necesitaba ser parte de nuestro conocimiento acerca del lenguaje. En la psicología evolutiva, el rol del profesor y la sociedad llegaron a ser prominentes guías de las interrelaciones entre las diferentes capacidades de los niños tal y como lo fue el estudio de la relación entre pensamiento y lenguaje.
Además, los psicólogos cognitivistas propusieron el análisis de 'funciones ejecutivas', mediante las cuales se podría observar la cognición común y, al mismo tiempo, se podría resaltar una conciencia del desarrollo de estas funciones de ejecución, conocida técnicamente como 'metacognición', en los niños. Por ejemplo, si le decimos a una persona que traduzca al inglés, "un día sí y otro no", se dará cuenta de que no puede decir "one day yes and one day not". En inglés tendrá que decir "every other day". Póngalo a traducir lo anterior a español, y se dará cuenta de que decir "todo otro día" no es español. Esto es consecuencia de la conciencia o ‘alerta’ lingüística que se desarrolla mediante la metacognición.
Finalmente, las sobreposiciones entre el lenguaje y una variedad de funciones las cuales incluyen el discurso, alfabetización y la clase social se han convertido en el florecimiento de una búsqueda de interdisciplinariedad muy importante.

De ahí que se pueda asumir que nuestro conocimiento de la adquisición de una L2 se ha diversificado hacia el dominio de las funciones del lenguaje, la transferencia del discurso y los patrones retóricos y la bi-alfabetización (Hornberger 1989). Estos desarrollos no niegan la existencia del nativismo de los aspectos del lenguaje, por el contrario, enfatizan que cualquier actividad humana involucra la sincronía de múltiples capacidades y el lenguaje es una de ellas. El estado actual de la investigación de L2 se puede caracterizar como un conjunto excitante de estudios exploratorios que examinan la sobreposición entre el lenguaje y sus funciones tales como la comunicación, el pensamiento, la escritura, y así sucesivamente.

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