miércoles, 27 de enero de 2016

MICROHISTORIA PARA MULTIMÉXICO

MICROHISTORIA PARA MULTIMÉXICO


La microhistoria nace del corazón, dentro de ésta se confunde más que en cualquier otro tipo de historiográfico el sujeto y el objeto, el ser que se expresa, el ente expresado y el ser comprensivo; no de la cabeza como la Macrohistoria.

Los microhistoriadores suelen acercarse más a su objeto de estudio por simpatía o antipatía que por el mero afán de saber, su madera es más de poeta, que de científico.

La gran historia trabaja con gente desde la clase alta, hasta la clase baja; en cambio la historia chica es protagonizada por individuos humildes del pueblo raso, es el relato individualizado de los que rara vez aparecen en la sección social de los periódicos y a veces nunca en la sección política o económica. Los métodos de ambas historias son distintos ya que en la macro el camino ya está hecho por otros historiadores y sólo se traspasa de un texto a otro; en cambio la micro va abriendo camino al andar, pues se toman en cuenta aspectos que para la macro serían insignificantes.

Un microhistoriador pone olor, sabor, color, música, amor a lo que escribe, la micro es más emotiva, menos formalista, metódica, cuantitativa y científica caracteriza a una comunidad pequeña, permite emparentarla o distinguirla, su individualidad, su misión y su destino singular.

La microhistoria puede ser de dos formas:

1.       La amateur pueblerina; la cual no tiene formación y carece de los recursos económicos.
2.       La profesional capitalista, son máquinas hacedoras de libros, pero carecen de cariño por su objeto de estudio.

El futuro de la microhistoria es mucho más fuerte y mejor que hace algunos años atrás, ya que en la actualidad hay muchos aspectos importantes que podría remontar para su estudio, sólo por mencionar algunos ejemplos: la hacienda, el efecto duradero que ha producido en la historia social de América Latina; también podría ser objeto de estudio los pueblos originarios o rústicos.


A través de la mini historia es la mejor forma de llegar a la verdad humana, ya que dentro de ella se pueden desarrollar las potencialidades de los estudiantes y microhistoriadores. En los últimos treinta años han aumentado las mini historias, de temas regionales y parroquiales; sin embargo, muchas de ellas no son impresas por los escasos recursos económicos con los que cuenta un microhistoriador.

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