PARADIGMA CONDUCTIVISTA
Los autores principales del
conductivismo son John Broadus Watson y Burrhus Frederick Skinner. Ellos
tuvieron como supuestos el que las personas reaccionan a ciertos estímulos y,
al ser éstos asociados con algo, lo puede llevar a aprender un conocimiento o
una conducta, al menos una actitud condicionada. Su concepto de enseñanza se
basa en la transmisión de conocimientos previamente elaborados que, al ser
reforzados por un estímulo adecuado dentro de un método a través de la
vigilancia adulta, pueden ser asimilados por el educando. La meta del paradigma
conductivista es que el alumno aprenda los conocimientos que se le ofrecen,
previamente elaborados, y pueda tomar una conducta adecuada a los mismos.
Aunque pretende tener alumnos activos, en cuanto que pueden asimilar los
conceptos, en realidad son muy pasivos, ya que son tomados como simples receptores
de la actividad de sus profesores. El profesor es el que lo sabe todo, debe
tener un conocimiento enciclopédico, además de ser una especie de ingeniera
conocedor de ciertas técnicas conductivistas para reforzar los estímulos
creando ambientes atractivos y estimulantes para el aprendizaje. La concepción
del aprendizaje gira en torno al cambio de conducta por una que se propone
mejor. Las estrategias están orientadas para que el alumno asimile los
conocimientos requeridos a su etapa y la conducta adecuada, como ya se enfatizó
y, para ello toda la enseñanza deberá estar previamente programa, se crearon
libros, se pretendían ciertas máquinas evaluadoras, la postulación misma del
examen es parte integrante de la estrategia para poder evaluar los resultados deseados.
Se evalúa, pues, antes, durante y después del proceso educativo, haciendo
énfasis en los productos más que en los procesos.
Las
aportaciones del conductivismo no son siempre tomadas en su pureza pera sí se
ven plasmados en las aulas de nuestros tiempos (en el Ceja nos evaluaron
computación con un esquema conductivista, incluso establecía el tiempo para
contestar el examen en línea); los estudios a distancia online y los programas autodidactas son garantes vivientes del
conductivismo.
En
lo personal, es bueno ofrecer una base de conocimientos y orientar con
herramientas adecuadas a su consecución, por ser necesarios. Sin embargo, no me
satisface el papel del alumno ya que si es alguien tan grande, ¿por qué hacerlo
tan pequeño y poco agente de su propia educación?; mucho menos me agrada el
papel del profesor, quizás esté estancado en ello, que exige llegar al mismo
lugar a todos los alumnos, cuando no todos necesitan estar donde mismo.
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