Difunto.
Proviene del latín defunctus, formada por el prefijo de- con functus, el
participio pasivo del verbo fungi (cumplir, acabar, pagar una deuda). El
significado originario de defunctus no estaba vinculado con la idea de la
muerte, sino que se aplicaba, como adjetivo, a la persona que había saldado
alguna cuenta o cumplido con alguna obligación.
Satélite.
El vocablo español proviene del latín satelles, satellitis, usado por los
romanos para designar a los soldados de la escolta personal de un príncipe o
emperador. Posteriormente, por una bella metáfora, la palabra pasó a designar,
aún en latín, a los cuerpos celestes que orbitan en torno de algunos planetas.
Absurdo.
Proviene de absurdus, palabra con la que los latinos calificaban todo aquello
que fuera ‘contrario a la razón, disparatado o irracional’. Este vocablo, que
era usado en alto latín para designar los sonidos desagradables al oído, se
formó mediante la partícula ab (de), y el adjetivo surdus (sordo).
minuto
El adjetivo latino minutus (pequeño) procede del verbo minuere (mermar, reducir), con origen en el indoeuropeo mei- (pequeño), al igual que disminuido, menor, menos, mínimo, minucia, etc.
En latín medieval al minuto se lo denominó minuta, palabra clave extraída de ‘pars minuta prima’ (primera parte pequeña), así llamado originalmente. En español, derivó a minuto, y como tal se documenta desde el siglo xv.
Algo parecido ha ocurrido con la palabra segundo: del indoeuropeo sek- (seguir) procede el latín sequire, con idéntico significado, y de éste el también latín secundus (que sigue a otro, segundo). En latín medieval se llamó secunda, extraído de pars minuta secunda (segunda parte pequeña), que es como en principio se denominaba cada una de las partes en que se dividía una minuta. Fosforo
Elemento químico muy abundante en la tierra, de número atómico 15, o también varilla muy pequeña de madera o de papel encerado, con un extremo recubierto de fósforo o de otra sustancia susceptible de encenderse por frotación.
El adjetivo latino minutus (pequeño) procede del verbo minuere (mermar, reducir), con origen en el indoeuropeo mei- (pequeño), al igual que disminuido, menor, menos, mínimo, minucia, etc.
En latín medieval al minuto se lo denominó minuta, palabra clave extraída de ‘pars minuta prima’ (primera parte pequeña), así llamado originalmente. En español, derivó a minuto, y como tal se documenta desde el siglo xv.
Algo parecido ha ocurrido con la palabra segundo: del indoeuropeo sek- (seguir) procede el latín sequire, con idéntico significado, y de éste el también latín secundus (que sigue a otro, segundo). En latín medieval se llamó secunda, extraído de pars minuta secunda (segunda parte pequeña), que es como en principio se denominaba cada una de las partes en que se dividía una minuta. Fosforo
Elemento químico muy abundante en la tierra, de número atómico 15, o también varilla muy pequeña de madera o de papel encerado, con un extremo recubierto de fósforo o de otra sustancia susceptible de encenderse por frotación.
Por su etimología, fósforo significa ‘luz brillante’, proviene del latín phosphorus, que a su vez se originó en el griego phosphoros, formada de phos (luz) y del sufijo phoros (portador). Es el elemento número 15 de la tabla periódica; arde espontáneamente en contacto con el aire; fue aislado por primera vez en 1669 por el químico alemán Hennig Brand; entre las sustancias químicas, ocupa el décimo segundo lugar en abundancia SOBRE LA CORTEZA TERRESTRE.
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