Quisiera ser la eternidad para poder recorrer el infinito una
y otra vez, percibiendo desde la nada al todo. Ojalá pudiera librarme del
inefable paso del tiempo. Si fuera eterna ese concepto de la caducidad me sería
tan ajeno. Desearía ser la eternidad para poder viajar hacia el pasado y
conocer a los primeros seres vivos habitantes de este planeta. Qué placer me
daría conocer a Dios cuando creo al mundo en 7 días. Sería la testigo
indiscutible del milagro de la creación de la vida y del universo. De hecho,
hubiera estado presente en el inicio de los tiempos. Siendo la eternidad podría
admirar el futuro, sin preocupaciones de mortalidad. Jamás estaría sola pues
siempre habría acompañantes de todo tipo cualquier parte del universo. Qué
alegría más grande viajar desde la inexistencia del sonido en una de las
galaxias más lejanas, hasta viajar por un gusano o agujero negro para
trasladarme de una dimensión a otra, escuchando todo tránsito de estrellas y
explosiones solares. Bienvenida sería la eternidad al poseer la certeza
absoluta e innegable de no estar jamás a oscuras, viendo las lunas de Júpiter y
los aros de Saturno al mismo tiempo que veo y huelo las flores. Desearía ser la
eternidad para decirles a todos, que no importa el nombre que le otorguen a los
dioses, ellos están ahí para cada uno de ellos. Ojalá con ello cesarán las
guerras y las atrocidades que no hacen más que mostrarnos la ironía de la racionalidad que poseemos.
Hipatia Teon
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