Cada día que pasa parece
remitirme al recuerdo de los que fueron anteriores. Parece que las vivencias
pasadas son mejores que el hoy, los sabores, los olores, las celebraciones, las
charlas, las amistades, las reuniones familiares, la música, las películas,
parecen dotadas de más goce en antaño. Ahora todo lo anterior se presenta
desabrido, alterado por la estúpida prisa y arrasadora tecnología. Cuando
reviso las fotos tomadas hace apenas un par de años, me parecen tan bellas, con
ese halo de auténtica felicidad. No sé porque me es tan difícil lidiar con el
presente; es como esa imposibilidad de asumir el hoy rindiendo honor a los
tiempo idos. No puedo concentrarme en los minutos que justo ahora transcurren
apreciando lo existente. Invierto mis días en siempre evocar una memoria que me
haga más llevadero mi presente. Busco las canciones ochenteras para recrear la
atmósfera de confort que necesito y creo que no me equivoco, no cuando la moda
es deliberadamente retro, haciendo que los diseños pasados de moda, vuelvan a
circular como lo más in. Parece que
somos una multitud buscando recrear los tiempos extinguidos para ver si la
actualidad adquiere más feeling.
Hipatia Teon
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