miércoles, 27 de enero de 2016

LAS TIC EN LA EDUCACIÓN

Las TIC en la educación: el mayor reto lo tiene el docente

Los avances de la tecnología generan cambios vertiginosos en las sociedades; como una suerte de carretilla cuyo pasaje es indefenso ante la velocidad y el rumbo de quien tira de la manija. La tecnología está en todas partes. Esto no significa que todos tengan acceso a ella, pero sí, en términos generales, que va introduciéndose en la vida de pobres y ricos, legos y sabios, adultos y niños, en algunos de manera más tardía, pero segura. Lo nunca imaginado, en cuestiones de innovación tecnológica, es hoy moneda de uso corriente.
La revolución tecnológica provoca revoluciones sociales. Este panorama se constituye como un reto generacional. Los más jóvenes llevan consigo genes que los dotan de capacidades sobresalientes para el aprovechamiento de los avances tecnológicos; los más grandes perciben los cambios, pero su naturaleza a veces resulta ajena hasta a ellos. Esta situación se percibe más claramente en las escuelas; en materia de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), el alumno supera al maestro.
Ahora bien, el estudiante que accede a la tecnología, quizá logra adentrarse al mundo de la información, pero si no presenta capacidades cognitivas desarrolladas no logrará aprovechar el universo de datos al que tiene acceso, ocasionando su rezago y exclusión natural de la sociedad del conocimiento de la cual debiera tomar parte. La educación en TIC debe fortalecerse e impulsarse desde el aula y ser el maestro quien conduzca al alumno en este proceso.
Ya en 1996, cuando Delors presentaba su informe ante la unesco, se señalaba al fortalecimiento de las infraestructuras tecnológicas y las capacidades de cada país en lo tocante al desarrollo en esta esfera, así como la difusión de las tecnologías en el conjunto de la sociedad como conditio sine qua non  para acceder a su uso en el marco de los sistemas educativos formales.
Un requisito obligado para la introducción de las TIC en el ambiente escolar es el acceso a equipo y conexión a redes para toda la población, así como el fortalecimiento de capacidades para su aprovechamiento.
En esta materia, México ha desarrollado una serie de proyectos que abonan al equipamiento tecnológico y a la conectividad de los centros escolares, motivando la presencia de tecnología en los hogares. Si bien el esfuerzo no ha sido suficiente ni el mismo a lo largo y ancho del país, el camino que se transita es el correcto.
No podemos decir lo mismo respecto a las competencias requeridas ni a la formación de capital humano para el aprovechamiento de las nuevas tecnologías, sobre todo en el ambiente escolar, donde es al docente a quien recae el mayor reto. Un factor que no podemos obviar ni pasar por alto para la adecuada integración de las TIC en el aula es la capacitación que requieren los maestros.
El papel tradicional del docente se transforma, de ser propietario del conocimiento, de tutor directo, las nuevas tecnologías lo colocan como facilitador y orientador del estudiante en la utilización de herramientas; es él quien debe proporcionar los pasos necesarios para que el niño o el joven desarrolle su proceso de construcción del aprendizaje, no sólo durante su estadía en la escuela, sino aún después de egresar y en su tarea de conducir a otros por este mismo proceso.
El desafío más grande lo tiene el docente. Éste debe estar preparado para diseñar actividades acordes a las nuevas herramientas tecnológicas, desarrollar habilidades de planeación y seguimiento, así como resolución de dudas del alumno, además de tener la encomienda de animar y asesorar al estudiante en el seguimiento del curso, procurando evitar la desmotivación de éste en su proceso de autoaprendizaje. Además, el maestro pone a prueba la práctica de actividades básicas como hacer que el alumno participe activamente, promover la interacción para el interaprendizaje entre los estudiantes y garantizar el orden y el aprovechamiento escolar de todos y cada uno de estos.
Un maestro con habilidades digitales debe saber conducirse y aprovechar las ventajas de los ambientes virtuales, utilizar los espacios y recursos propios de las nuevas tecnologías como material de consulta, foros, redes sociales y salas de chat ; por otro lado, implica no sólo una dedicación de mayor calidad sino la exigencia de nuevo conocimiento y formación que, a su vez, requerirá inversión de tiempo. Esta nueva formación debe —al menos— capacitar al docente en el manejo y domino de los ordenadores electrónicos y de programas informáticos de uso general.
Sin embargo, aún observamos que la introducción de las TIC en las escuelas mexicanas tropieza con diferentes tipos de resistencias por parte del docente. Este rechazo a utilizar y ver en la tecnología una herramienta puede tener múltiples causas que van desde un temor del docente a la transformación de su modelo tradicional de enseñanza, hasta un desacuerdo con los valores que fomentan las TIC, así como el esfuerzo que tendría que imprimir a diario, a menudo no reconocido. Todo ello sin mencionar la falta de formación al respecto por parte del profesorado.
Si México quiere avanzar en la tarea de introducción de las TIC en el sistema educativo nacional para su uso, aprovechamiento y disfrute, deberá reconocer a los docentes como piezas fundamentales de todo cambio educativo.
Sólo si se reconoce su papel clave se generararán innovaciones reales al interior del sistema. La mayor inversión tendrá que hacerse en esta área. 

Fuente:
http://www.educacionyculturaaz.com/estados/las-tic-en-la-educacion-el-mayor-reto-lo-tiene-el-docente

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